Nomás falta que los mismos vendan ataúdes en abonos

El Oso Bipolar

PREGUNTA INDISCRETA, por Bruno Eduardo Aceves

El profesor José Sánchez Villa acaba de ser arrollado y muerto por una moto conducida por un menor de edad. Está columna no se erigirá en juez ni determinará responsabilidades. Eso le toca a las autoridades. Sin embargo, si tengo la obligación de preguntar: ¿El conductor llevaba casco, tenía licencia, estaban sus papeles en orden? Pero también de decir: Los accidentes viales no siempre son culpa del conductor.

No se trata de criminalizar a los motociclistas, se trata de protegernos a todos y hacernos responsables de lo que nos toca a cada quien.

Esto va más allá de un asunto de edades. Si es menor o no un motociclista poco importa. A todos nos ha tocado ver a familias enteras apiñados en una moto. BRUNOTICIAS lo ha denunciado. Ayer mismo publicábamos una foto con un repartidor de Casa Lim circulando en sentido contrario en Melchor Ocampo. Tal como lo hace todos los días.

Pero esto no sólo es en la ciudad, en las carreteras vemos motociclistas sin casco. Nos hemos encontrado a conductores de motos que rebasan por la derecha. Los puedes ver enviando mensajes de texto por el teléfono móvil. El extremo del que he sido testigo fue ver a una persona transportando un cilindro de gas en la parte trasera de uno de estos vehículos.

Muchos dirán que es la necesidad, la carestía del transporte, la economía. Es cierto, pero estas razones no son más importantes que la seguridad de ellos y de todos los demás que compartimos ciudad y espacio con los motociclistas. El egoísmo del YO NECESITO opaca a la imperiosa necesidad de NOSOTROS REQUERIMOS.

Estas consecuencias tienen un origen.

¿Por qué tiendas de autoservicio, muebles y enseres domésticos venden motocicletas? ¿Por qué las venden sin entregarte placas y papeles como sí hacen las agencias automotrices? ¿Por qué las autoridades no obligan a venderte la moto con por lo menos un casco y seguro? ¿Por qué no hay licencias, ni pruebas de manejo para expedirlas?

Quien fabrica el vehículo debe mejorar su seguridad. ¿Creen que el cinturón y las bolsas de aire en los autos se pusieron por buena onda de las compañías? El vendedor tiene la obligación de decirte para cuantas personas es el vehículo, darte los papeles legales del mismo y señalarte especificaciones técnicas de para qué y dónde funciona. ¿Creen que las placas y el seguro es porqué las agencias son buenos samaritanos? Pero sobre todo la autoridad debe, hacerse responsable de las vidas que le toca cuidar y sancionar a quienes las ponga en riesgo, incluso la del propio conductor de moto. ¿O a alguien le queda duda de que son nuestros empleados?

Hace días conversaba con el Síndico de La Piedad, Nicolás Hermosillo y le exponía esto que acaba de leer en el párrafo anterior. La autoridad debe regular las ventas. Debe presionar al gobierno del estado para mejore sus trámites. Debe instruir a sus agentes viales a que apliquen la ley. Todos señalamos lo que hacen mal los agentes viales y no vemos lo que nosotros hacemos mal. Los ciudadanos también tenemos culpa y debemos asumirla. No todo es papá gobierno.

Hay un reglamento de tránsito municipal que está en revisión. Esta tragedia es una oportunidad valiosa para mejorarlo. El resultado fatal ahí está. La Piedad perdió a uno de sus mejores profesores. Habrá a quien no le haya gustado su estilo mordaz e irónico de impartir matemáticas. A este que escribe, le transmitió un gusto por la estadística que a mis 40 no se me quita. Me duele mucho que el profe “Adidas”, sea parte de esta fatal estadística y me duele más por los que ya no podrán aprender de él.

QUE SU MUERTE NO SEA EN VANO, con cariño para el ingeniero José Sánchez Villa, maestro de muchas generaciones y también mío.

Pregunta indiscretísima: ¿Si usted no le da una pistola a su hijo por qué si una moto?

Pregunta muy indiscreta: ¿El Cabildo de La Piedad investigará el asunto de “Volver a Escuchar” o necesitan lentes y aparatos auditivos?