• Por Juan Ramón Aguilar

Ciudad de México, diciembre 2018 (Notimex).– El uso comercial y de entretenimiento de las naves no tripuladas (drones) se ha extendido por el mundo, sin embargo, las investigaciones de tipo arqueológico y de rescate de tesoros también se han visto beneficiadas con la utilización de este tipo de aparatos.

Un ejemplo de ello fue la localización del Escuadrón Perdido, que es un conjunto de aeronaves que se extraviaron durante la Segunda Guerra Mundial en la región Ártica del planeta.

En entrevista, Jim Salazar, jefe del proyecto “Lost Squadron”, señaló que una de las principales ventajas del uso de drones cuando se emprenden investigaciones de localización de restos arqueológicos se encuentra en la seguridad de los investigadores, ya que las condiciones en las que trabajan llegan a ser inhóspitas, como en el Ártico.

“La ventaja más grande es la seguridad en una región agrietada. Hay cavidades subterráneas muy profundas cubiertas por capas delgadas de nieve que llegan hasta los 60.96m debajo de la capa de hielo. El dron ofrece la capacidad de cumplir lo que anteriormente pudimos lograr en ocho horas manualmente y a pie en 18 minutos, gracias a su sistema”, dijo.

Para poder hacer los vuelos de localización de los restos históricos se empleó una nave DJI M600, que debió ser modificada tanto para soportar mejor las condiciones del clima que se presenta en el Ártico como para enviar los datos que requería el equipo de investigación que estaba buscando al Escuadrón.

“La mayoría de las modificaciones vienen de sistemas de conexión de radar que penetran la superficie. El radar mismo se activa directamente del sistema de baterías DJI, así como el módulo de computadora que almacena toda nuestra data crítica”, señaló.

De acuerdo con Salazar, el M600 debió soportar casi seis kilogramos de peso para lograr la localización de las aeronaves, lo que implica una gran capacidad de estabilidad, especialmente por las condiciones en las que se dieron los vuelos de investigación.

“Nuestro sistema de radar pesa aproximadamente 5.4 kg. Esto ya incluye el sistema de computación y todo el hardware”, indicó.

La localización de los restos históricos resulta relevante para la investigación sobre la Segunda Guerra Mundial, además de que se trata de de las naves de combate más icónicas de la época, añadió el líder del proyecto.

“Las aeronaves del Escuadrón Perdido en una región tan remota del mundo representa un gran suceso en la historia mundial. Las aeronaves que están actualmente en el sitio o parte de los esfuerzos de los Aliados contra Hitler durante la Segunda Guerra Mundial son naves de combate P38, una de las reliquias más reconocidas de la Segunda Guerra”, detalló.

Es importante destacar que la innovación que supone el uso de drones en los estudios arqueológicos se está extendiendo a otras investigaciones en las que están participando algunas organizaciones de Estados Unidos.

El investigador a través de Hot Point Solutions, organización que fundó en 2015, desarrolló la idea de búsqueda y acopló esos sistemas en conjunto con nueva programación de ingeniería para ubicar las aeronaves perdidas, así como los cuerpos de los pilotos.

“Actualmente trabajamos con el Departamento de Justicia, la United States Coast Guard (USCG) y la DPAA en la búsqueda de cadetes y pilotos americanos que se perdieron en la Guerra”, concluyó Salazar.