Por Brenda Orozco.

El pasado 19 de febrero falleció el escritor, filósofo y experto en semiótica italiano Umberto Eco, mismo que causó revuelo en redes sociales precisamente al criticarlas. Sirva esta columna como un pequeño y muy humilde homenaje a su memoria.

Umberto Eco no era precisamente un escritor  del que se hagan empalagosas imágenes con paisajes de atardeceres o agendas, incluso puedo asegurar que muy pocos han leído alguno de sus libros o visto la película “El nombre de la rosa” con Sean Connery, pero una de sus frases/reflexiones se hizo viral en cuanto se publicó.

Como las redes sociales son un armario lleno de sacos talla grande, en cuanto medios internacionales hablaron de una “invasión de los necios”, los ojos voltearon a ver enfurecidos al señor Eco. Y no es para menos, la declaración decía así: Las redes sociales le dan derecho a hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel.  Es decir, ya cualquiera puede decir burradas en la red y podrá ser tomada como cierta.

Pocos conocen la otra parte de la percepción del italiano, quien no fue el satán que muchos quisieron ver, ya que como lo citó Carlos A. Scolari, señalaba que: El fenómeno de las redes sociales también es positivo, no solo porque permite a las personas estar en contacto entre ellas. (…) Alguno ha dicho que si hubiera existido internet en los tiempos de Hitler, los campos de exterminio no hubieran sido posible porque la información se hubiera difundido viralmente (tomado de hipermediaciones.com)

Él, como acérrimo defensor de los libros impresos, criticaba el hecho de que en internet circulaba demasiada información, misma que no era filtrada, que se desconocía si era certera o no. Incluso decía que “El exceso de información provoca amnesia.  (…) La inmensa cantidad de cosas que circulan por la red es mucho peor que la falta de información.”  

Para aquel que en este momento esté negando con la cabeza o dudando de la palabra del escritor, póngase a pensar en la rifa de la camioneta Land Rover en la que participaron casi dos millones y medio de personas y que resultó ser falsa. Siento romper sus ilusiones pero nunca entraron a la rifa.

Umberto Eco, el hombre que amaba los libros, que decía que leer alarga la vida, partió de la vida mundana pero sus obras quedan para aquellos que se interesen en conocer otro ángulo del escritor y no sólo aquel que sentía recelo por la web. Finalmente, él mismo confesó ser usuario de Wikipedia y de los libros electrónicos como auxiliares de la lectura. Tomemos el ejemplo y usemos la tecnología siempre a nuestro favor, opinemos y publiquemos con responsabilidad, quitémonos pues el saco de “idiotas” de esa legión.

POSTDATA

“La computadora no es una máquina inteligente que ayuda a las personas estúpidas, sino una máquina estúpida que sólo funciona en manos de personas inteligentes.” U. Eco