PREGUNTA INDISCRETA, por Bruno Eduardo Aceves Alejandre

Dicen que lo único malo de un monopolio… es no tener uno.

El Oso Bipolar

Resulta que la Unión de Industriales de la Masa y la Tortilla de La Piedad, quiere tener su monopolio con aval del Ayuntamiento. So pretexto de no aumentar el precio del alimento básico de los mexicanos se han acercado al Presidente Municipal, Juan Manuel Estrada, para venderle una idea. Esta consiste en reformar el Reglamento de la Industria de la Masa y la Tortilla para poner a modo la creación de un feudo exclusivo con la excusa de que hay “prácticas desleales”.

El líder de la Unión de la Masa y la Tortilla, Carlos Arias Ayala, llama “prácticas desleales” a la venta de tortillas casa por casa en La Piedad por parte de comerciantes de Santa Ana, argumenta que es a un precio menor al que ellos lo ofrecen. Dicho de otra forma, cómo no han hallado la manera de bajar sus costos y se sienten los “dueños del balón” quieren que sean los piedadenses los que paguemos sus ineficiencias y nos amenazan con subir el precio.

Pero eso no es lo único, Árias además quiere que, a través de esta norma, se limite el número de tortillerías en determinado espacio y distancia. Los tortilleros dejaron muy claro su finalidad: “El objetivo, es que este negocio vuelva a ser redituable para todos los industriales de la masa y la tortilla”. O sea, que les vale un comino el ama de casa y las familias mientras ellos tengan ganancias. ¿Qué acaso no hay libre oferta y demanda?

En palabras llanas lo que el señor Árias y su camarilla pretenden es obligar a los piedadenses a comprar las tortillas dónde ellos digan, a quienes ellos indiquen y al precio que ellos marquen. Algo muy parecido al chantaje que Donald Trump le hizo a Ford y le pretende hacer a todas las armadoras de autos en México.

Lo peor del caso es las señales indican que el Ayuntamiento les está comprando la idea. O al menos eso parece en los boletines de prensa. Los tortilleros en vez de solicitar créditos para modernizar equipos, adquirir tecnologías para abatir costos, u otras estrategias, se fueron por la fácil. Pedir eliminar a la competencia so pretexto de no aumentar los precios. La verdad es que el precio ya lo subieron, quieren más y nos asustan con el petate del muerto.

Esperemos que a la autoridad no se le olvide que hay personas de la tercera edad o con discapacidad, madres trabajadoras, o gente que no quiere ir a las tortillerías y que están en su libertad de elegir a quien, cómo y a cuanto les compran. Como Ayuntamiento están para cuidar las libertades de todos los piedadenes, no para proteger a unos cuantos en su negocio particular.

A decir de uno de los integrantes del Ayuntamiento, del Partido Revolucionario Institucional fue el regidor Cristanto Loeza Ruiz el alfil usado por la Unión de la Masa y la Tortilla para llegar al Alcalde. De ser cierto, el edil, que también es líder de tianguistas, se puede dar un balazo en los pies. Lo que promueve con los tortilleros equivale a que CANACO pidiera al gobierno prohibir la existencia del comercio informal, como los tianguis. Con una diferencia, la CANACO sí podría argumentar una serie de razones fiscales y de legalidad muy serias con mucha de la mercancía que se vende en tianguis como el que encabeza. ¿Verdad que ya no está tan padre la propuesta de los tortilleros, regidor?

Pero no sólo hay razones de libre mercado para cuestionar esta propuesta. La Constitución, la Ley Federal de Competencia, la Ley Federal del Consumidor, entre otras normas prohíben e incluso castigan estas prácticas. El Alcalde Estrada y los integrantes del Ayuntamiento tienen que medir muy bien que paso van a dar, no sólo por la opinión pública sino por las implicaciones jurídicas. Cualquier abogado podría ganar un amparo y dejarlos en ridículo.

Desde hacer años, el gremio de la Masa y la Tortilla actuó como mafia promoviendo este tipo de reglamentos, a todas luces inconstitucionales, en municipios de la república. En época de Arturo Torres lograron pasarlo, con Ricardo Guzmán se derogó la parte más lacerante. Ahora embisten otra vez, creyendo que a río revuelto, ganancia de tortilleros. Lo que no miden es que la gente está enojada, molesta, encabronada por el gasolinazo y están jugando con la comida.

Hace años ya se hacía esto, yo fui testigo de cómo inspectores del Ayuntamiento multaban a una persona de la tercera edad por vender tortillas casa por casa. Era y es una injusticia, pues gran parte de esos comerciantes verdaderamente son ambulantes, hacen tortillas artesanales o a mano y las venden a un precio mayor al que las ofrecen las tortillerías. La propia Unión de la Masa y la Tortilla debe reflexionar más y actuar menos como niño malcriado que no hizo su tarea.

En mi casa, como en muchas otras de México, mi padre tenía una regla clara y muy estricta. Con la comida no se juega. El peor castigo que recibí en mi infancia pues por hacer algo así. Carlos Árias, los tortilleros y al parecer Crisanto Loaeza, están jugando con la comida y pretenden que el Ayuntamiento también lo haga. Los tiempos no están para eso. ¿Quieren ser tan repudiados como Trump?

ACLARACIÓN Y PREGUNTA MUY INDISCRETA

Dice el Tesorero, Emilio Guillén Pérez que él pagó con sus recursos su viaje a España para promover la Plataforma Logística, pero no nos aclaró si es o no un conflicto de interés. ¿No sería más fácil que otro miembro de la familia manejara el tema?

PREGUNTA SÚPER INDISCRETA

¿Los regidores y directores van a seguir dejando sólo al Presidente Estrada o van a esperar hasta que empiecen las licencias y los despidos?

PREGUNTA INDISCRETÍSIMA

¿Será que la mano que mueve la cuna detrás de esta pretención es la de Luis Pérez Castellanos dueño de las tortillerías “La Jalisciense” y apoyador incondicional de Adriana Hernández?