• Entrevista con ganadero de la Hacienda La Llave
  • El animal de calidad siempre tendrá demanda

Texto y fotos por  Salvador Y. Maldonado Díaz.

SAN IGNACIO CERRO GORDO, JALISCO.-  Para un ganadero de toros de lidia la crianza de estos animales es ante todo una pasión por producir ejemplares de gran calidad para el objetivo de esta especie: su desempeño en la fiesta brava.  En segundo plano se queda esta actividad como negocio.

Así se expresa en forma contundente el propietario de la ganadería La Llave, Manuel De la Torre Gutiérrez, en una entrevista realizada en la casa de la cultura de este municipio de los Altos de Jalisco.

Detalló que “el toro bravo requiere de atención esmerada desde su nacimiento, su destete a los ocho meses, su crecimiento de cuatro años, hasta su llevada a la plaza. Hay una actividad apasionante, ya que nos gusta ver nacer al becerro para verlo luego morir. Si el toro queda bien se cubren de gloria el ganadero y el mismo toro”.

Puntualizó “que el  paso de veinte minutos de  un toro en su faena en la plaza supone todo un proceso exigente, de modo que el animal llegue con toda la casta y energía necesarias para cumplir su papel”.

Ante las críticas actuales de los impugnadores de la fiesta brava, reconoció que hay encarar tal reto: “si se llaman a sí mismo ecologistas estas personas que atacan al toreo, ¿Qué clase de ecologistas son? Con esas ideas lo que pretenden es el exterminio del ganado de lidia, una raza de raíces ancestrales”.

Abundó que mientras haya demanda de toros bravos, como sucede en México, seguirá la crianza de estos animales en las ganaderías especializadas. Refirió que “afortunadamente somos aún más los que gustamos de la fiesta que los detractores. Habiendo calidad en el toro, seguirá su demanda”.

También  del reto permanente de conservar y mejorar la calidad de la raza en todas las casas criadoras de ganado bravo, de modo que el toro luzca en su presentación y su bravura.

En el caso de su ganadería, asentada en las llanuras del  Valle de Guadalupe, hizo mención de que se tiene a favor a las ganaderías de San Mateo y San Marcos de donde La Llave obtiene su pie de cría.

Dijo que hay que recurrir a sangres externas a la ganadería propia, “lo mejor es la hibridación entre las ganaderías para evitar el deterioro que trae consigo la consanguinidad porque esto merma la calidad. “Hay que buscar mejoría, lo que incluso puede suponer importar sangre de Europa. Es reto difícil, dado que ha no abundan los ganaderos de 24 horas en su campo bravo. Ahora hay la distracción de muchos negocios”.

Añadió que la fiesta tendrá futuro si todo mundo hace su parte, desde los ganaderos, los toreros,  los empresarios, los jueces, las autoridades taurinas municipales, de manera que cada parte asuma su responsabilidad.

Afirmó que en el ámbito de las autoridades municipales hay mucho por hacer para darle formalidad al desempeño de las comisiones taurinas.

Incluso, también hay el reto de que los padres y las madres de familia inculquen en sus hijos el aprecio a la tauromaquia y la cultura que la viste.

EL DATO

Hay un convenio entre el gremio nacional de criadores de toros de lidia y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (SENASICA) para impulsar un esquema de sanidad animal durante  la crianza de estos animales.

El otoño en Guadalajara es tiempo de corridas con figuras, siempre que el toro y el empresario hagan  lo suyo.

Autlán, Jalostotitlán y Sayula hacen sus tradicionales corridas en los carnavales.

Arandas hace su festival de lujo a principio de año.

Las plazas de León y Morelia también tienen reconocidos carteles.