• La población mexicana tiene alta propensión a la diabetes debido a la mezcla de genes nativos americanos y genes mediterráneos, en proporción de 50 por ciento.

Tepic, Nayarit. 31 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Eloy Alfonso Zepeda Carrillo, doctor en biología molecular, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), realiza una investigación para determinar la relación particular entre el gen con el consumo de alcohol y el desarrollo de diabetes.

El investigador, junto con el médico especialista en endocrinología Jorge Fausto Bustamante Martínez, estudia la asociación de un gen con el consumo de alcohol y el desarrollo de la enfermedad, a partir de las cantidades que los pacientes bebían del embriagante antes del padecimiento.

México es el país que presenta la frecuencia más elevada de esta variante genética de lo que hay reportado en el mundo, la cual se asocia con susceptibilidad hacia desarrollo de adicción por consumo de drogas, principalmente alcohol.

“Cuando estudié a pacientes mestizos de Tepic con diabetes tipo 2, observé que la frecuencia de la portación del gen era de 50 por ciento, y esto es similar con la población que no tiene diabetes, con 51 por ciento; además, 63 por ciento de enfermos presentó consumo crónico de alcohol, y claro que ello tiene un efecto importante para el desarrollo de este padecimiento, aunque hay pacientes que beben demasiado y jamás desarrollan diabetes”, explicó.

Las conclusiones arrojan que el riesgo promedio de desarrollar diabetes tipo 2 por consumo de alcohol es cinco veces más alto, respecto de los que no consumen alcohol, advirtió el investigador.

“El consumo de alcohol provoca estrés oxidativo a nivel hepático y pancreático, ya que se producen sustancias conocidas como especies reactivas de oxígeno que con el tiempo deterioran la función de las células beta pancreáticas, que son las que producen insulina y esta se relaciona con la diabetes tipo 2, entonces el alcohol de manera crónica nos va a agotar las células beta de los islotes de Langerhans, y de esa manera se explica por qué el alcohol condiciona en algunos casos el desarrollo de la diabetes”, estimó.

El doctor Eloy Zepeda Carrillo añadió que con esta investigación se precisa el escenario genético de la población del occidente mexicano, que debe ser tomado en cuenta para realizar acciones de prevención y control de pacientes que puedan desarrollar diabetes; además de que podrán tratarse otras adicciones, no solo a alcohol sino a alimentos azucarados, grasas saturadas y todo lo que produce efectos gratificantes en el cerebro.

La población mexicana tiene alta propensión a la diabetes debido a la mezcla de genes nativos americanos y genes mediterráneos, en proporción de 50 por ciento, explicó el galeno.

“Es una población de alto riesgo porque tenemos una mezcla  de genes nativos americanos con genes mediterráneos, y las publicaciones del Instituto Mexicano de Medicina Genómica (Inmegen) dicen que tenemos 50 por ciento y 50 por ciento; pero hay poblaciones nativas americanas donde la mitad de la población tiene diabetes”, expresó.

Asimismo, Bustamante Martínez refirió que en el occidente del país, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), existe una prevalencia cercana a 15 por ciento de casos de diabetes.

Los resultados de la investigación respecto a la predisposición genética a las adicciones, dijo el entrevistado, explican parte del “rompecabezas” que busca descifrar por qué las personas están predispuestas a consumir alimentos altamente calóricos, desarrollan obesidad y sobrepeso y mayor riesgo a diabetes.

“En México, el consumo de alcohol es alto, así que el alcohol provee calorías en razón de 7.1 Kcal/g de etanol —como las cervezas—, pero las bebidas destiladas no tanto, aunque el daño directo a la célula beta del páncreas existe”, indicó.

Luego de este trabajo de investigación genética, el galeno afirmó que es necesario generar conocimientos sobre algún fármaco que tenga efectos sobre la recaptura de dopamina y serotonina, para limitar la preferencia al consumo de productos calóricos.