• “Quien quiera cambiar algo, debe luchar por ello”, enfatiza la consejala o regidora Lisel Heise, quien fue electa en mayo por la iniciativa “Nosotros, a favor de Kibo”.
  • Por Wolfgang Jung (dpa)

Kirchheimbolanden, Alemania. 25 dic. 2019 (dpa).- Su buen humor es contagioso. “Todo sigue en orden”, dice con una sonrisa Lisel Heise al finalizar un año turbulento. A sus 100 años, esta alemana está desde junio en el concejo municipal (ayuntamiento) de su localidad  natal, Kirchheimbolanden, en la región del Palatinado.

La noticia del triunfo electoral de esta dama entrada en años de cabello blanco dio la vuelta al mundo. Ahora, Heise quiere actuar en el terreno de la política. “Pero no hago planes para el próximo año. Dejo que las cosas vengan a mí”, subraya. “Mis fuerzas no son inagotables”.

Los últimos meses fueron increíbles para la antigua maestra. “Quien quiera cambiar algo, debe luchar por ello”, enfatiza Heise, que se presentó en mayo como candidata de la iniciativa “Nosotros, a favor de Kibo”.

Kibo es la abreviatura familiar de Kirchheimbolanden, una localidad de apenas 8,000 habitantes similar a los que tiene Numarán, Michoacán.

La elección fue un éxito para Heise. Obtuvo la mayoría de los votos (991), pasó del vigésimo al primer lugar en la lista y ganó uno de los dos mandatos de su grupo electoral.

En total, el concejo municipal tiene 24 escaños. “Fue una sensación bonita”, relata la concejala. “Pero ya antes intenté hacer cosas por la comunidad”.

El último empujón para su compromiso tuvo lugar en 2011, tras el cierre de su querida piscina al aire libre. “¡Es una idiotez! Me sangra el corazón”, comentó antes de la elección. “Era mi elixir de vida y muchos habitantes del pueblo crecieron allí”.

Ahora hay esperanza: “Por iniciativa de Lisel, se inscribió a fines de septiembre en el registro de entidades la asociación ‘Piscinas en Kibo'”, comunicó Thomas Bock, de la agrupación “Nosotros, a favor de Kibo”.

“Con ayuda de Lisel Heise en los próximos meses impulsaremos este tema”, agregó.

“Estoy feliz. Después de todo gasté saliva en vano durante años”, señala esta mujer centenaria. “Ahora tengo verdadera esperanza de que dé resultado”. Añade que como concejala tiene más posibilidades de influir. “Ahora puedo hablar y la gente me escucha”.

Claro que -aclara- “el cuerpo necesita pausas para descansar”. “Ya no funciona como me gustaría. Pero también se puede decir que no cuando uno no puede”, señala la que seguramente es la concejala más anciana de Alemania.

Heise llevó una vida agitada. Nació el 12 de marzo de 1919. Trabajó de maestra hasta que en la guerra fue enviada a Gdansk (antigua Danzig) para ayudar a personas desplazadas. Se casó en 1942 y crió a cuatro hijos.

La concejala o regidora está encantada con el compromiso político de los jóvenes de hoy, por ejemplo, en el movimiento de lucha contra el cambio climático Fridays for Future. “Eso me da esperanza”, dice Heise.

En cambio, el escenario político mundial a veces le da mucho miedo. “Nos alejamos demasiado del humanismo y entramos a pleno en el capitalismo”, opina. Eso, desde su punto de vista, es el origen de muchos conflictos. “Pienso abrir la boca mientras tenga fuerza”, señala esta veterana regidora con un estado físico admirable.