TERREMOTO 2: Reconstrucción Social, Económico y Política

BIOECONOMUNDO por Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Las catástrofes “naturales” tienen componentes humanos, que por razones económico-sociales pueden magnificar los daños. Por ejemplo, construir en el cauce de un río “seco” que eventualmente puede llevar agua, o en las laderas de un montaña que puede tener deslizamientos o en una zona sísmica construir sin los refuerzos requeridos, sea por ahorrar o por corrupción al no cumplir las normas de seguridad en esa construcción,

¿Usted se arriesgaría a vivir en un edificio construido con las normas anteriores a 1985?

Para darle una pista para responder: dicen los expertos que el 90% de los edificios destruidos por el terremoto del 19/sept/2017 fueron construidos antes de 1985 y reparados después del sismo de ese año.

Por otra parte la mayoría de las casas-habitación destruidas en los sismos del 7 y 19 de septiembre pasado, en los estados de Morelos, Puebla, Oaxaca, México, Chiapas, Guerrero, etc., carecían de elementos estructurales de refuerzo tales como columnas o dalas perimetrales en los cimientos con varillas de acero y concreto o incluso, no tenían cimientos.

Una vez terminado el rescate de los sobrevivientes, urge iniciar de inmediato con un plan INTEGRAL de reconstrucción física, social, económica y política.

En cuanto a los edificios y las casas-habitación, una vez hecho el recuento de los daños y definidas las construcciones que será necesario destruir totalmente para construir de nuevo, será necesario clasificar las formas en las que se financiará la reconstrucción, dando oportunidades de trabajo a los propios damnificados.

En algunos casos las construcciones contaban con seguros para daños por sismos, pero en la mayoría de las construcciones en zonas rurales no había seguros, por lo que será necesario diseñar mecanismos de financiamiento específicos para que los habitantes puedan recuperar sus casas. Mecanismos que deben de ir más allá de otorgar un pequeño porcentaje en materiales de construcción como pretende hacer el gobierno federal porque si un damnificado no tiene recursos adicionales, no podrá construir su casa y acabará vendiendo los materiales que le dieron.

La reconstrucción económico-social requiere también de financiamiento a largo plazo y de subsidios que permitan volver a poner en marcha el flujo económico local. La organización social espontánea que se dio en la emergencia, puede ser el núcleo de nuevas organizaciones de la sociedad civil que vigilen el buen manejo de los recursos o incluso que se conviertan en cooperativas que operen los recursos. Esta es la gran oportunidad para la participación ciudadana en los procesos de planeación, financiamiento y realización de las labores de reconstrucción, con liderazgos locales y con el apoyo de universidades.

También este es el momento de la reconstrucción política, desechando junto con los escombros a los partidos políticos caducos que son manejados por líderes que actúan como si fueran dueños absolutos del partido y utilizando financiamiento con dinero público.

Así como los edificios en mal estado hay que derrumbarlos completamente para iniciar con nuevos cimientos que anclen en la roca sólida, para después construir otros edificios con mejores diseños, distintos a los anteriores y con medidas de seguridad que les permitan resistir huracanes y terremotos, así hay que proceder limpiando el sistema político.

Las leyes deben ser modificadas (entre otros temas) para permitir que candidatos independientes tengan oportunidad real de ser electos como diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores e incluso presidente de la república. Además se requiere una segunda vuelta en las elecciones para que quienes sean electos tengan la legitimidad y la capacidad de maniobra requeridas para gobernar.

Las organizaciones de la sociedad civil fortalecidas por la adversidad, no deben permitir que se repitan las omisiones de Fox, a quien le tembló la mano para acabar de una vez por todas con la corrupción y la impunidad y hacer cambios profundos en el sistema político que veníamos arrastrando por 70 años. Tampoco debe volvernos a pasar como con Calderón quien con la declaración de guerra contra el narco, desvió la atención de los ciudadanos de las causas de fondo del crimen, que se encuentran en el binomio corrupción-impunidad y tampoco dio oportunidad para una renovación de los partidos, porque él mismo fue beneficiario del control de su propio partido para convertirse en candidato presidencial. Menos aún permitamos que se repita lo que sucede con Peña Nieto que ha regresado a las prácticas más corruptas de que tengamos memoria.

El cambio que necesita México, ¡es ahora o nunca!

 

Fuentes de Información

Portavoces de Paz-2017

 

 

 

 

 

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