• Una hectárea de pitayas con plantas longevas  puede generar una producción de 60 mil frutos.

Por Salvador Y. Maldonado Díaz

TECHALUTA, JALISCO, mayo 2017.-  Las temporadas calientes son tiempos de pitayas. Y   se presta la ocasión para hablar de estas cactáceas.  En la naturaleza hay alianzas de éxito. Un ejemplo se tiene en el afortunado binomio entre los murciélagos frugívoros que favorecen el crecimiento de las pitayas a través de su tarea de organismos polinizadores.

Así lo informó el extensionista especializado en pitayas de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco, Ricardo Navarro Hernández, quien refirió que este papel de los mamíferos alados ha sido estudiado profundamente por varios científicos que recientemente expusieron sus conclusiones ante autoridades y productores de Techaluta. Las investigadoras son las doctoras Verónica Zamora y Connie Tremlett, vinculadas a la Universidad de Southampton en el Reino Unido.

Refirió que la investigación exhibe que la polinización de parte los quirópteros es tal importancia que de no darse, un pitayo perdería un volumen de 30 a 40 por ciento de la producción de su fruta.

Hizo mención de que el trabajo de la investigación reveló que en la región de Techaluta hay tres especies de murciélagos de importancia en la polinización del pitayo, de las cuales dos son animales migratorios que llegan procedentes de los Estados del Norte del país.

Trajo a colación que hay datos que se tienen en la experiencia empírica de los productores pitayeros, de que las huertas que se ubican en las partes más cercanas a las zonas de refugio de los murciélagos son más productivas que las están más alejadas.

Navarro Hernández apuntó que para el caso de la zona pitayera de Techaluta y sus municipios vecinos, afortunadamente la población de murciélagos polinizadores no se ha reducido, como ha sido el caso de las abejas y los abejorros, según los reclamos que se han hecho de parte de los gremios de apicultores.  Por lo mismo, dijo que hay que respetar los refugios de estos organismos, como sus cuevas, casas viejas en ranchos, árboles frondosos y otros sitios donde se guarecen.

UNA TAREA NOCTURNA

El extensionista detalló que el trabajo de los murciélagos se da en las horas de la noche, cuando también se abre la flor de los pitayos. Citó que por ser de tamaño reducido, el murciélago prácticamente se introduce en el cuerpo de la flor.

Trajo a colación que la tarea de las mencionadas investigadoras remite a que se analice continuamente el comportamiento de las huertas pitayeras en sus diversos parámetros, como sus indicadores de producción y el uso de los agroquímicos, de tal manera que se conserve en buenos términos la interacción del ser humanos   con los murciélagos polinizadores.

Feria de Amacueca

Otro pueblo pitayero jalisciense es Amacueca y aquí se acaba de tener el arranque de la Feria de la Pitaya 2017 lo que trajo un rejuego notable que rompió con la rutina.

Esta feria tendrá actividades diversas, sobre todo en los fines de semana, para concluir el próximo 24 del presente.

En forma extraoficial, este municipio junto con Techaluta, concentran 800 hectáreas de pitaya. Ambos municipios pretenden concretar exportaciones de esta cactácea en el corto pazo.

EL DATO

En promedio, cada individuo produce frutas a partir de los cuatro años.

Las variedades más conocidas de la fruta tienen los nombres coloquiales de mamey y tenamaxtle, ambas con un peso promedio de 180 gramos; además de la pitaya blanca de 80 gramos.

Una hectárea de pitayas con plantas longevas (de más de quince años de edad) puede concentrar 800 brazos (parte del pitayo que da la fruta) y generar un producción de 60 mil frutos, cada con un peso promedio de 100 gramos.

Un pitayo maduro puede producir 8 toneladas de fruta por ciclo.

En Techaluta y Amacueca se concentra la mayoría de hectáreas de predios cultivados con pitayas. En forma extraoficial, ambos concentran 800 hectáreas.

Otros municipios relevantes son Zacoalco, Teocuitatlán de Corona, Sayula, Zapotitlán de Vadillo, Autlán de Navarro, Tecolotlán, Acatlán de Juárez, Unión de Tula y Tolimán, entre otros.

SEDER ha impulsado un trabajo de asesoría agronómica y comercial para las pitayas.