• Vitral del Santuario de Mártires ubicado en Tlaquepaque, será el mayor de América Latina
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

San Pedro Tlaquepaque, Jalisco. 10 de febrero de 2019   Un vitral de 53 metros de altura y 47.7 metros de longitud en el Santuario de los Mártires, es una muestra ilustrativa de la revaloración que se vive actualmente estos elementos artísticos en la arquitectura sacra católica.

El arquitecto especializado en arte sacro, fray Gabriel Chávez de la Mora, comentó que este gigantesco vitral “resaltará una coloración multicromática en la que resaltarán los colores cálidos para dar más sensación de alegría (en vez de los tonos azules y violetas que resultan un poco tristes) y también hará la tarea de un muro iconográfico con los más  50 mártires, tanto santos, como beatos”.

El vitral, según lo explicó el fraile benedictino, “es abstracto en su diseño”. Tiene forma de parábola y su diseño fue a cargo del arquitecto José Manuel Gómez Vázquez Aldana, según se comunica en el Semanario, órgano informativo de la Arquidiócesis tapatía.

En esta publicación se detalla que este vitral de este recinto cultual promovido en su inicio por el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, “será el mayor de Latinoamérica”.

Cabe referir que en la capital jalisciense, otros vitrales de gran tamaño son los  del templo de la Divina Providencia, “los llamados vitrales malditos”, por los vaivenes históricos que los han afectado,  lo que será motivo de otra nota sobre el tema.

El ejemplo de Estado Unidos.

Como parte de un retorno a la arquitectura sacra tradicional en las edificaciones religiosas en Estados Unidos, el arte de los vitrales también está registrando un proceso de reflorecimiento. Los templos están encargando vitrales en el estilo de Munich en un número mayor al de los estilos populares en la segunda mitad del siglo XX, según la agencia Gaudium Press.

“Ha habido un renacimiento de la arquitectura en los últimos 20 años que comentó en el Sur y se ha extendido al Norte”, indicó el presidente de Beyer Stained Glass Studio y artista Joseph Beyer a National Catholic Register. “Todas las cosas de los 60, 70 y 80 son cosa del pasado”. Una opinión similar fue compartida por Dan Rigali de Daprato Rigali Studios. “Más y más personas prefieren ese estilo de vitral bávaro, de Munich, por encima de todos los otros estilos. Cautiva a la congregación y se siente más sagrado y cercano a Dios”.

El estilo de Munich es inspirado en la Real Fábrica de Vitrales Bávara de Múnich, que vivió su apogeo a mediados del Siglo XIX, el cual emplea piezas de vitral más grandes y buscan ofrecer una imagen con una composición similar a las pinturas del gótico tardío o los altares del Renacimiento. El resultado son vitrales con imágenes de gran colorido y detalle que se convirtieron en el estándar más alto de su época en los templos estadounidenses y gozaron de enorme popularidad.

Gracias al realismo de la técnica, “las personas pueden verse a sí mismos en las ventanas y son capaces de relacionarse con la escena o el sentimiento que los cristales representan”, comentó Rigali. La combinación de los vitrales con los estilos arquitectónicos tradicionales aporta un valor adicional de belleza a los templos. “Hay un sentido de lo sagrado cuando usted entra en un templo tradicional y usted está estéticamente arraigado en esa tradición”, indicó Kevin Grabowski, director nacional de proyectos de Conrad Schmitt Studios.

Entre los templos que han encargado vitrales recientemente se encuentran el templo de San Pedro en Volo, Illinois, el de San José en Downingtown, Pennsylvania, el Oratorio de Saint Stanislaus en Milwaukee, y el nuevo templo de San Juan Evangelista en Waynesboro, Virginia. Algunos de los trabajos reemplazan vitrales de colores sólidos elaborados en la década de 1960 y los expertos afirman que al ser instalados en los templos parece que siempre hubieran estado allí.

“El estilo de los cristales de hace largo tiempo muestra una consistencia a través del culto y la religión de la fe católica”, indicó Rigali. Estas obras “representan verdaderamente partes serias de nuestra fe y devoción. Las personas se sienten ‘en casa’ y en un lugar especial para el culto”. Para Beyer, el vitral “siempre ha sido asociado como un medio espiritual por encima de otras formas de arte y permanece asociado a la arquitectura religiosa”.

Con información de National Catholic Register