Santa Ana, Pacueco, Gto., 26 julio 2016.- Este martes se celebraron las fiestas patronales de Santa Ana. Sin embargo los problemas viales que tiene de esta población superior a 10 mil habitantes son los mismos sea o no día feriado. El comercio es el que da vida a esta localidad, pero son los propios comerciantes los que estrangulan el paso de los peatones y a los vehículos. Ante una serie de señalamientos y denuncias decidimos ir a hacer un recorrido.
Santa Ana está marcado por la Avenida Padre Hidago, la principal vialidad y centro comercial de la población perteneciente a Pénjamo. Es desde la zona de los puentes Cavadas y Morelos, que conectan la zona metropolitana de La Piedad que comienzan los problemas. Ambos pasos sobre el río Lerma están llenos de e comerciantes ambulantes o incluso de carritos. Esto pone en grave riesgo a peatones y vehiculos. Los primeros que corren riesgo de una caída o atropellamiento y los segundos en peligro de chocar por alcance o accidentes.
Del otro lado la situación es similar, a un costado de la Hacienda de Santa Ana decenas de comercios, formales e informales, ya se apropiaron de la vía pública. Tiendas de todo tipo llenan de mercancía los lugares asignados para estacionamiento. Esto provoca que todo el tiempo haya vehículos en doble fila. Las aceras son una zona comercial más. Después de las jornadas comerciales, el sitio ocupado por puestos ambulantes o semifijos deja su lugar a la basura.
Todo esto sucede sin que las autoridades en los últimos 30 años hayan hecho algo por solucionar o negociar. Charlamos, con Óscar Virgilio Ávila Aranda, integrante de la Unión de Comerciantes Independientes “Lázaro Cárdenas del Río”, quien reconoció que sus prácticas están fuera de norma y que ellos proponen la construcción de un mercado donde ser reubicados.
Cuándo les preguntamos a quien pertenecen los vehículos que estaban estacionados sobre la calle, en un principio lo negaron y después lo aceptaron. Sin embargo no tuvieron respuesta cuando cuestionamos el que algunos comerciantes establecidos ya construyeron sobre la banqueta, no hubo respuesta.
La propuesta de mercado que ellos piden implicaría reubicar terminales de autobuses rurales, sucursales bancarias y estacionamientos para poder cambiarse de lugar. Otra historia diferente es la que abarca a quienes venden alimentos. Pues implica problemas de salud por contaminación. Comerciantes formales e informales dicen no vender si no exhiben de esa manera sus mercancías, pero la realidad es que estorban el paso de sus propios clientes.
Tan sólo en los momentos que levantamos imágenes fuimos interrumpidos varias veces por comerciantes ambulantes en carritos, diablitos con mercancía y personas abriendo paso para poder circular. Dicen los comerciantes que ya están en proceso de regularización fiscal, pero la mercancía apócrifa y pirata está ahí presente.
El otro problema es la corrupción. El comercio informal y las malas prácticas permanecen en Santa Ana al ser toleradas por las autoridades en turno desde hacer años. Los propios comerciantes solicitan permisos, pero la delegación los niega, a cambio de dinero, dádivas o favores, esto según los comerciantes.
Otra historia es con los comerciantes establecidos. Recorrer avenida Padre Hidalgo es presenciar una exhibición callejera de mercancías. Azulejos, tinacos, automóviles, sombreros, zapatos, alimentos balanceados, entre muchos más uno se encuentra sin bajar del automóvil. Pero si va a pie, tiene que bajar a la calle por la falta de espacio para el peatón. La ironía llega cuando quieres comprar algo, pues hallar estacionamiento en Santa Ana es muy difícil.
Los propios comerciantes se quejan de bajas ventas, de menor flujo de clientes, incluso de competencia desleal por parte de cadenas comerciales. No hay soluciones fáciles para lo que vive Santa Ana en su problemática de ordenamiento mercantil. Lo que sí es necesario es que comience a haber presencia de las autoridades, reglas parejas para todos involucrados, diálogo para alcanzar soluciones y cero tolerancia para que nadie infrinja la ley.
Al final, el principal beneficiado serán los propios clientes, quienes podrán transitar, estacionarse y comprar. Claro si todas las partes involucradas están dispuesta a ceder.
