• En la víspera del Domingo de Ramos los hombres se reúnen para tejer las palmas.
  • Por Aura Denise Fuentes

Uruapan, Michoacán. 25 de marzo de 2018 (Notimex).- En la Meseta Purépecha o Meseta Tarasca está San Lorenzo, donde de manera previa al Domingo de Ramos los hombres, jóvenes principalmente, reúnen a familiares para preparar palmas tejidas que regalarán a su novia o a la muchacha que les gusta, como símbolo de afecto.

La familia Méndez Nico abrió sus puertas para enseñarnos parte de esa tradición, en la que la tarde del sábado alistan la palma de dos metros y medio de alto que José Martín, un joven de 18 años, regalará por vez primera a su novia, con quien lleva ocho meses de relación.

Nos reciben con un plato de arroz y mole, y un poco de tequila, el pueblo es muy generoso -y es una ofensa rechazar cualquier ofrecimiento-. Luego de la comida el señor Pánfilo Méndez, padre de José Martín, junto con su concuño, Joel Naranjo, padrino del joven, preparan la palma, mientras comentan que él fue a avisar a su novia que recibirá el regalo, quien deberá recibirlos horas después.

El resto de la familia ayuda con las flores o trenzando palmas más pequeñas que servirán para decorarlas, junto con listones; de fondo se escuchan sones avajeños y pirekuas, característicos de la región, en tanto ellos se comunican en su lengua natal para ponerse de acuerdo en cómo irán adornando la palma.

Lupita, de 15 años, es hermana de José Martín. Porta un traje típico, de gala para la ocasión, que consiste en una blusa bordada y una falda con un fondo debajo y encima un delantal con lentejuelas y bordado a mano, de unos cuatro mil pesos.

Platica que aún no ha recibido un ramo, pero su prima, a la que de cariño le dicen “muñequita”, a sus nueve meses recibirá un ramo de un pequeño de dos años.

Para esa tradición no hay edad, ya que no es un símbolo de compromiso, incluso las mujeres llegan a recibir varios ramos, algunas tres, otras ninguno.

Los hombres también corren el riesgo de ser rechazados, de lo contrario la familia los recibe con una cena y este domingo la afortunada debe ir caminando y cargando la o las palmas hasta el templo de San Juan para bendecirlas.

La familia sigue llegando conforme pasan los minutos, las comadres de María del Carmen Nico, mamá de José Martín, traen botellas de tequila que con refresco de toronja van sirviendo uno tras otro en pequeños vasos a los invitados.

Las bebidas es lo único que no corre a cargo de la familia del novio, la comida sí, en total, junto con el material para realizar la palma gastaron cinco mil pesos. Tan sólo de flores que compraron en el centro del pueblo fueron mil 500 pesos.