Por Rodrigo Diez de Sollano Elcoro

En los últimos días hemos tenido noticias de hechos violentos en los que han participado ciudadanos comunes en respuesta a agresiones de delincuentes o presuntos delincuentes, que nos hacen reflexionar acerca de las diferentes posiciones que se pueden adoptar frente a esos sucesos y otros similares.

Unas cuantas historias de la vida real

Un señor va al banco y retira $200,000 en efectivo ¿para qué? no lo sabemos… pero el caso es que antes que pueda abordar su automóvil es amenazado por dos ladrones con pistolas, quienes le quitan su dinero. Los ladrones huyen en una motocicleta y él sube a su auto los persigue y lo hace caer. Uno de los ladrones muere al caer y el otro es llevado al hospital en calidad de detenido mientras que el señor recupera su dinero pero a su vez es detenido por la policía acusado de homicidio.

En otro lugar de la ciudad de Guadalajara unos jóvenes en motocicleta le arrebatan el teléfono celular a un señor y huyen en la motocicleta. El señor los persigue en su automóvil, con la ayuda de otros automovilistas. Los ladrones finalmente se estrellan en un árbol y mueren ahí mismo. La policía no presenta cargos contra quien sufrió el robo porque considera que la muerte de los jóvenes se debe a un accidente.

Dos jóvenes trabajan como “encuestadores” para una empresa que hace estudios de opinión. Los envían a levantar encuestas a una pequeña población de la sierra de Puebla. Alguien del pueblo dice a los vecinos que ahí están los “secuestradores” por lo que una turba de gente los ataca, los lincha y les prenden fuego. Los encuestadores mueren ahí mismo. La policía detiene a algunos de los promotores del linchamiento.

En diversas poblaciones del país, los vecinos hartos de la violencia en contra de ellos y sus familias, se organizan para su autodefensa. En algunos casos, particularmente en las grandes ciudades, la defensa es “pacífica”, lo que hacen es construir grandes bardas que rodean sus casas y colocar guardias privados a la entrada, quienes autorizan o no el paso al espacio privado en las calles de lo que se ha dado en llamar un “coto”. En otros casos los vecinos obtienen armas por medios legales o ilegales y entran en la acción directa en contra de los malhechores tomando justicia por su propia mano, pues consideran que las autoridades están rebasadas por los criminales y la única manera de salvar a sus familias es defendiéndose ellos mismos.

Estas historias se repiten cada día en diversos lugares del país, pero ¿qué tienen en común estos y otros casos similares?

a) El o los agredidos NO se sienten protegidos por las autoridades.
b) Las autoridades o “brillan por su ausencia” o en algunos casos son cómplices de los delincuentes.
c) Si estos hechos se repiten, los agredidos empiezan a organizarse para defenderse.
d) Esta organización puede ser con o sin la autorización de las autoridades. Es decir, pueden ser acciones legales o ilegales.
e) La defensa puede ser con o sin violencia.
f) En algunos casos, los agredidos se convierten en agresores

En forma esquemática los hechos suceden así:

¿Existe la posibilidad de defensa pacífica? ¿Cuáles son las posibles acciones defensa pacífica? ¿Quienes y cómo pueden realizar las acciones de defensa pacífica? ¿Qué efectividad tienen esas acciones pacíficas?

No hay respuestas rápidas y cortas. El camino hacia la paz es largo y hay que construirlo todos los días…La Educación para la Paz como punto de partida

“La paz es una noción compleja y llena de matices. Es la ausencia de guerra por supuesto, pero es mucho más que eso. Hablar de paz es hablar de no violencia. Sin embargo, en el mundo actual, muchas poblaciones que formalmente no están en situación de guerra, viven hechos extremadamente violentos en su vida diaria. Por ejemplo viven situaciones de hambre y desempleo, enfrentan muertes derivadas de enfermedades que, con la tecnología que existe, pueden evitarse, y viven al margen de los procesos económicos, políticos y culturales que ocurren en su entorno. Hay personas que viven discriminación por sexo, por el color de su piel, por pertenecer a un grupo cultural minoritario, porque su lengua materna no coincide con la lengua dominante o porque tienen alguna necesidad especial. Y sabemos que, aun cuando en algunas regiones no se ha declarado una guerra formal, las poblaciones que las habitan viven en medio de enfrentamientos armados entre grupos rivales y sufren extorsión, acoso y secuestros, entre otros males. La paz es una aspiración que nos permite identificar y poner nombre a toda suerte de actos violentos, para tomar conciencia de ellos y para combatirlos de manera razonada, significativa y programada. 

La paz nos invita a trabajar cada día para construirla, para alcanzarla. Por eso, cuando se vive en una cultura de paz, las personas y los grupos, tanto como los gobiernos y las instituciones, logran ser cada día mejores y consiguen organizar sus recursos (económicos, ecológicos, políticos y culturales) de la mejor manera, para alcanzar, con lo menos, los máximos logros posibles.” …
…Apuesta a la educación, como estrategia para la construcción de comunidades que piensan por sí mismas y toman sus propias decisiones considerando siempre sus raíces, su contexto, sus aspiraciones y sus capacidades tanto como sus límites y posibilidades. Y sugiere que la escuela puede convertirse en un centro social en que converjan estudiantes y educadores, teorías y libros, conocimientos que yacen en la memoria, la experiencia viva y las aspiraciones de los sabios locales, así como puntos de vista de asesores y redes sociales. (Chapela, UNESCO, 2013)Las aportaciones de Gandhi de resistencia activa, no-cooperación y desobediencia civil fueron en su momento y siguen siendo muy importantes para cimentar la educación para la paz.Los escritos de Gene Sharp (quien ha sido criticado por su colaboración en el derrumbamiento de regímenes contrarios a los intereses de los E.U.A.), como “The politics of nonviolent action” (1973) y “De la dictadura a la democracia” (1993) y particularmente sus 198 “armas no-violentas” han sido utilizados para derrocar en forma relativamente “pacífica” gobiernos dictatoriales en Birmania, Serbia y el Medio Oriente en donde fue parte importante de la “Primavera Árabe” con sus propuestas de que “…Toda estructura de poder se basa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de los dirigentes. Si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder…” (Sharp, 1973) Estas teorías también podrían ser útiles en la educación para la paz.“El triángulo de la violencia es un concepto introducido por Johan Galtung para representar la dinámica de la generación de la violencia en conflictos sociales. Según Galtung, la violencia es como un iceberg, de modo que la violencia visible es solo una pequeña parte del conflicto.
Solucionarlo supone actuar en todos los tipos de violencia, que serían tres:
La violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde a actos de violencia.
La violencia estructural, (la peor de las tres), que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades y se concreta, precisamente, en la negación de las necesidades.
La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes.
A menudo, las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de violencia estructural o justificadas por la violencia cultural: muchas situaciones son consecuencia de un abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido, o de una situación de desigualdad social (econòmica, sanitaria, racial, etc,) y reciben el espaldarazo de discursos que justifican estas violencias.” (Wikipedia, 2015)De la teoría a la prácticaLa solución de un problema tan complejo como es el de la violencia en la vida diaria, requiere de análisis y acciones simultáneas en los tres vértices del triángulo que propone Galtung:a) Implica importantes esfuerzos gubernamentales y de la sociedad civil para que exista justicia social como cimiento de la paz social.
b) Requiere de educación para la paz en todos los ámbitos de la sociedad, no solamente en las escuelas.

c) En cuanto a la violencia directa, es necesario mejorar la preparación de las fuerzas del orden y corregir la operación de los órganos que imparten justicia.

Y es indispensable recordar todos los días lo dicho por Gandhi respecto de la Ley del Talión: “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”.

Twitter: @DeSollano

Bibliografía:
“Por el gusto de conocernos”, Luz María Chapela, UNESCO, 2013
“The politics of nonviolent action”, Gene Sharp, 1973
“De la dictadura a la democracia”, Gene Sharp, 1993
Wikipedia, 2015