Risa, la mejor herramienta de trabajo

Hoy más que nunca extrañamos esos espacios laborales donde convivimos todos los días, esos espacios donde platicamos, comentamos sobre el partido de anoche, la serie del fin de semana y, sobre todo, donde reímos y nos relajamos en ciertos momentos del día. Tal vez hoy extrañamos esos espacios porque no habíamos apreciado la importancia de sonreír y de estar de buen humor durante mis horas de trabajo.

Marc Loriol (2013) en investigaciones recientes ha señalado la función del humor en el trabajo, donde señala que, para él, el buen humor y los chistes pueden contribuir al buen funcionamiento de las organizaciones y a regular las relaciones de trabajo, ya que el humor permite señalar las contradicciones entre el trabajo prescripto y la actividad y pueden incluso servir para criticar a una autoridad jerárquica a la que se evalúa como incompetente. Entre compañeros de trabajo recurrir al humor es una forma de gestionar el estrés, de hacer frente a las dificultades, descargar tensiones en momentos difíciles, combatir el miedo, reducir el peso de las emociones, permite “abrir las válvulas para soltar la presión “. Tratar a un compañero por su sobrenombre puede generar una buena relación afectiva y muestra de simpatía, siempre y cuando sea consentido y con respeto, implica una vinculación afectiva de mayor cercanía, y eso suma a nuestro proceso de identidad grupal.

Para nadie es un secreto que el buen humor ayuda a sobrellevar el estrés y la monotonía en todos lados, pero en el espacio laboral aparece la importancia de fomentarlo y ser un gestor de ello, ya que la actitud hacia nuestro trabajo, compañeros y jefes, marca una gran diferencia a la hora de ser productivos en nuestro día a día. Así que, si piensas que reírse es perder el tiempo, piénsalo dos veces, el buen humor y los chistes o bromas cumplen varias funciones todos los días: ayudan a fortalecer la cohesión del grupo, ayudan a darle identidad a los miembros del grupo de trabajo en el conjunto de la organización, fortalecen el sentimiento de pertenencia y sobre todo, ayudan a evitar conflictos. Mientras más espacios propiciemos para generar una sonrisa, siempre en la línea de respeto, estaremos contribuyendo al buen ambiente laboral, pero también a la productividad de la empresa.

Se vale llorar, se vale estar cansado de ser fuerte

Sin embargo, también existe una línea muy delgada, donde el humor puede propiciar una dinámica ofensiva e irrespetuosa hacia los demás en el trabajo, ya que también los juegos de humor pueden cumplir una función de dominación o de humillación, pues pueden estigmatizar a ciertos trabajadores según la edad y el género cuando son ejecutados por parte de la jerarquía. También en otros casos el buen humor es una forma de resistencia colectiva y de crítica a métodos de gestión que se consideran inadaptados, o al orden establecido, lo cual nos ayuda a sobrellevarlo.

Al final, como en todo, los extremos son perjudiciales, ya que una persona con buen humor puede mostrar su capacidad de adaptarse a situaciones difíciles y hacer ver su valía en ello, pero en otros casos, su magnitud o intensidad puede considerarse una falta de respeto y definitivamente puede ser una causa de despido. Así que, no dudes de expresar tu buen humor en el trabajo, pero siempre teniendo claro las líneas de respeto y profesionalismo en el que tu labor diaria se desenvuelve, ya que siempre se agradecerá en la jornada laboral que alguien.

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