El que reenvía también es culpable

B-Social por Brenda Orozco

Hay temas que necesitan ser abordados más de una vez. En entregas anteriores he hablado de acoso en redes, de derecho a la privacidad y derecho al olvido, pero considero obligado escribir sobre Tiziana Cantone, la chica de 31 años que durante meses luchó en tribunales italianos para que su video fuera retirado de los buscadores, de algunos sitios pero en especial de Facebook.

El video, que incluía contenido sexual, fue difundido por su ex novio a través de Whatsapp y de ahí reenviado de chat en chat por toda Italia, hasta que fue posteado por algún simpático en la red. Varios sitios pornográficos compartieron el material e incluso cadenas televisivas y jugadores de futbol hacían parodias sobre Tiziana. Mientras tanto, el video seguía y seguía compartiéndose con música, gifs y galerías de imágenes.

Después de 1 millón de reproducciones y tras ganar el juicio, Tiziana logró una sentencia en la que se respetaba su derecho al olvido, pero se le condenó a pagar 20 mil euros por concepto de “costos legales” de acuerdo a información de bbc.com.  La joven italiana decidió cambiar de residencia y de nombre, pero eso no detuvo el acoso ni las burlas.

Tiziana Cantone se suicidó el 13 de septiembre pasado. Su funeral fue transmitido por redes sociales, las mismas que la habían satanizado meses antes. Actualmente 4 personas están siendo investigadas por inducción al suicidio.

El escritor Roberto Saviano, dedicó un post bastante acertado sobre los responsables de la muerte de la joven, del que tomo un extracto publicado en su cuenta oficial de Facebook:

“Estoy dolido por su muerte. Estoy dolido porque es una víctima de voyerismo, porque se han burlado de ella, porque los vídeos que protagonizaba se han hecho virales y han sido primero difundidos, y después vistos aunque se supiera que ella no hubiese querido su difusión. Porque después de su muerte ha habido quien (sobre todo hombres) todavía han tenido el coraje para decir: tenía que pensar en las consecuencias, se lo buscó.

El derecho a la privacidad y a la libertad sexual es constitutivo de toda democracia. Muertos estos derechos ya no hay ninguna posibilidad para sentirse libres y respetados como ciudadanos. No era ella quien tenía que pensar en las consecuencias. No. Ahora tenemos que ocuparnos nosotros de lo que ha pasado y entender de una vez por todas que ella no ha muerto por su frivolidad o por algo que hizo, sino porque en Italia existe una relación increíblemente morbosa con el sexo. “

Me parece un caso bastante grave porque no es aislado. Diariamente son compartidas imágenes y videos de jóvenes, algunos menores de edad, afectando su vida personal y familiar, escudados por supuesto en el argumento de “eso le pasa por andarse grabando” o “una niña bien no anda mandando esas fotos”.

¡Ya basta de juzgarnos! En cualquier momento puedes googlear “víctimas de cyberbullyng” o “suicidios por acoso” y te vas a topar con muchos casos que involucran niños de 13 o 15 años. Incluso puedes ver la película mexicana “Después de Lucía” y te darás cuenta como un error puede marcar la vida de un adolescente y su familia.

El mejor consejo por supuesto será “Si no quieres que algo se sepa, no lo hagas. Si no quieres que algo esté en redes sociales, ¡ni lo pienses!” Pero más allá de ello, si ya alguien ya lo hizo, no lo compartas, no sigas dañando.

Te invito a que hagas una muy sentida reflexión: revisa tu galería de imágenes y videos. ¿Qué pasaría si una de esas preparatorianas fuera tu hija? ¿Y si uno de esos chavos del que todos se burlan en el video fuera tu hermano? ¿Qué sentirías al observarte en la pantalla de un celular en una situación comprometedora?

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