B-SOCIAL Por: Brenda Orozco

El uso masivo de redes sociales e internet ha traído consigo palabras “nuevas” que desconocíamos, una de ellas es grooming. Es un término que consiste en que un adulto deliberadamente engañe a un niño para generar lazos de amistad con fines sexuales. En grados extremos, puede llegar a ser una herramienta para la trata de personas, pornografía y explotación. La definición suena horrible, pero es más escalofriante lo común que se ha vuelto.

El grooming puede presentarse de manera on line o presencial, aunque es más fácil engañar de manera virtual por dos razones: no tienes certeza de con quien estás hablando y es más fácil generar confianza en pláticas a través de un monitor que cara a cara.

A las personas que acosan se les llama groomers, quienes invierten gran cantidad de tiempo para ganarse la confianza de los cibernautas, investigar sus hobbies (que muchas veces están ahí a simple vista), escucharlos, aparentar interés en sus problemas y mostrarse como comprensivos. Todo ese tiempo que sus padres, familiares y verdaderos amigos generalmente no les dan.

No hay un perfil específico de groomer, puede ser un hombre o mujer de cualquier nivel socio económico, que aprovecha su posición de poder/autoridad. Con datos personales en mano, puede ofrecer obsequios que después cambian por secretos y les envían imágenes o videos de contenido sexual por diversos medios, lo que violenta a todas luces su derecho a un libre desarrollo. Usan estrategias para avergonzar al niño o adolescente, con lo que inhiben la denuncia. Otras ocasiones lo amenazan con hacer daño a sus papás, por lo que ellos callan.

ESET Latinoamérica realizó una encuesta en 2013 relacionada con el grooming y encontró que los niños de entre 11 y 15 años son los más vulnerables de sufrirlo. Sin embargo, considero que esta cifra pudo haber aumentado debido a que existe un mayor acceso a dispositivos con internet por parte de la población.

¿Qué hacer para evitar el grooming?

Lo inmediato es actuar. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, dice el Tío Ben, por lo que debemos asumir que todo menor que tenga acceso a internet puede estar en riesgo si no prevenimos.

Algunos consejos para los menores brindados por la página Hipertextual son:

  • No proporcionar, o hacer fácilmente accesible a extraños, imágenes o información personal que pueda ser utilizada para otros fines.
  • Preservar la seguridad y confidencialidad de cuentas de usuario y contraseñas, así como de la computador y el propio celular.
  • No ceder ante el chantaje bajo ninguna circunstancia, puesto que ello supone aumentar la posición de fuerza del groomer.
  • No dudes en pedir ayuda si te encuentras ante una situación nueva y delicada que implica gran estrés emocional. Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es fundamental.
  • Analizar en qué delitos o irregularidades ha incurrido el acosador y cuáles pueden ser probadas para denunciar el abuso.
  • Buscar y recopilar las pruebas de la actividad delictiva: capturas de pantalla, conversaciones, mensajes y todo aquello que pueda demostrar las acciones del groomer o dar pistas sobre su paradero o modo de actuar.
  • Formular una denuncia con un adecuado análisis de la situación y elementos de prueba que ayuden a la investigación.

Aunque, lo más importante es que como adultos:

  • Controlemos y supervisemos el acceso de los niños a Internet.
  • Concienticemos a los menores sobre los peligros que existen en la Red.
  • Mantengamos un diálogo abierto entre padres e hijos para crear un ambiente de confianza.
  • Instalemos un antivirus o  software de control parental para protegerlo ante una situación no prevista.

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