Guadalajara, Jal., 3 julio 2016.- El diario tapatío de más antigüedad y circulación en Jalisco, “El Informador”. Dedicó este domingo la portada de su sección Pasaporte, a La Piedad. El reportaje de título, “En marcha a La Piedad” firmado por Francisco González da una descripción de algunos de los atractivos turísticos del municipio a lo largo de ocho párrafos.

Franciso González describe en su artículo: “Todo desaparece y se vuelve invisible cuando aparece ante ti. Es el Santuario de La Piedad. Obra maestra de la arquitectura para algunos. Centro de profunda fe para otros. Para todos, una mole de cantera que hace que todo a su alrededor luzca pequeño.” Da mención especial a la cúpula del Santuario del Señor de La Piedad como la más grande de América Latina, “según sus habitantes”.

Mediante una descripción más cercana a la poesía que al periodismo el viajero de El Informador narra: “La cacofonía que impera en el exterior del templo desaparece por completo al ingresar a su nave interior. El silencio que reina se posa en el alma y despierta a la reflexión. A los pies del Cristo todo desaparece y se vuelve invisible. Es en ese ambiente de fe que La Piedad se anida en el corazón de los viajeros.”

González destaca a La Piedad como destino de turismo religioso. Sin embargo señala que se cuenta con una “excelente conexión con los estados vecinos”, así como con una “interesante oferta hotelera”.  E incluso recomienda “para quedarse en la urbe michoacana” Holiday Inn La Piedad o el Mirage. Así mismo, en un apartado de la publicación LO QUE DEBES PROBAR invita a comer en Carnitas Simitrio.

El artículo de El Informador inicia con un señalamiento: “En un Estado como Michoacán, donde cada municipio levanta la mano para presumirle al mundo su belleza y tradición, hay algunos puntos que tienen ese “algo” que va más allá de lo especial. Y uno de esos espacios es La Piedad. De arquitectura majestuosa y eterno ajetreo, es una ciudad que llena los sentidos.”

Sobre el centro histórico, describe el reportaje: “El corazón de la ciudad no conoce descanso ante el ir y venir de los comerciantes, aunque siempre es una delicia sentarse en su Kiosko de cantera y disfrutar de una nieve o una botana, mientras el aire se llena de conversaciones.” menciona la publicación tapatía.