¿Por qué sufrimos problemas de ansiedad?

NOSCE TE IPSUM Dr. Josman Espinosa Gómez

Estudios han revelado que existen factores genéticos que influyen en padecer trastornos de ansiedad, por lo que, si en tu familia hay antecedentes de estos diagnósticos, posiblemente tendrás hasta un 45% más de probabilidades de padecerlos, en donde también influyen los rasgos de personalidad. El psicólogo Hans Eysenck[1], señala que los factores que hacen que se tienda a hacer interpretaciones amenazantes son: el neuroticismo (tendencia a experimentar situaciones como desagradables); la elevada sensibilidad; la introversión o la tendencia a la sobreexcitación. Según un estudio realizado en la Universidad de Cambridge, la incidencia de los trastornos de ansiedad se dispara entre las personas menores a 35 años. Las mujeres presentan el doble de posibilidades de padecer estos trastornos asociados a factores familiares. En el caso de los hombres, estos factores están ligados a aspectos económicos y laborales, donde los niños y los adolescentes los sufren vinculados a su desarrollo evolutivo y los bebés de ocho o nueve meses por la necesidad de contacto. A los uno o dos años es habitual la ansiedad de separación, sobre todo, de la madre. Entre los tres y los seis años el factor predominante es la adaptación a la escuela y, a partir de los siete, es el de cumplir las expectativas de los adultos. En la adolescencia las preocupaciones tienen que ver con la propia imagen, la aceptación del grupo y el futuro. Los niños muestran la ansiedad con trastornos somáticos y fobias y los adolescentes con trastornos obsesivos. La ansiedad en la tercera edad se manifiesta con el deterioro de las facultades intelectuales (función ejecutiva, velocidad de procesamiento, memoria y atención). Como vemos, en todas las etapas de nuestra vida vivimos situaciones que provocan ansiedad, por lo que pueden tender a normalizarse, sin embargo, no es normal que esta situación se mantenga de manera constante y mucho menos de manera crónica, por lo que una detección adecuada de los síntomas es fundamental para resolverlo.

Es por ello que cuando estos síntomas aparecen y más si es de manera regular, se requiere de ayuda profesional ¿cómo detectarlos?

  • Alteraciones de la vida familiar, laboral y social de la persona;
  • Hay riesgo para la integridad física y psicológica propia o ajena;
  • Cuando los síntomas persisten al menos durante un mes;
  • Aparece la inquietud ante la posibilidad de tener más crisis.

El estrés y los estilos de pensamiento pueden producir una diversidad de patologías, la ansiedad se transforma en ideas repetitivas que luego no pueden parar y que nos impiden dirigir la atención hacia otros temas. El estado de activación y nerviosismo normalmente se alivia con conductas compulsivas que hacen que la vida cotidiana sea muy complicada convirtiéndose en una vida disfuncional de manera personal y sobr todo con su entorno.

Tratamientos puede haber muchos y abordados desde diferentes enfoques psicológicos, sin embargo, la mejor herramienta siempre será la respiración ya que uno de los síntomas es la hiperventilación y la relajación progresiva; sin embargo, podemos empezar por no dejarnos manipular por los pensamientos limitantes y aprender a manejarlos para que no bloquee nuestra vida y siempre acudir por ayuda con un profesional.

[1] Serrano (2019). Así te mata la ansiedad. Recuperado de: https://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2019/01/05/5c2f2d4221efa0826c8b45f1.html, el 25 de septiembre de 2019.

¿Cómo nos mata la ansiedad?