Roma, Italia. 5 de marzo de 2019 (Gaudium Press).- Este 6 de marzo es Miércoles de Ceniza, día que marca el inicio de la Cuaresma, que es el tiempo litúrgico de 40 días en preparación al gran acontecimiento cristiano de la Pascua de Resurrección.

La palabra viene del latín ‘cinis’, que es el resultado de la combustión de algo mediante el fuego que significa humildad y penitencia; y es una tradición que viene desde la Iglesia primitiva que tenía lugar antes de la Pascua.

Pero, ¿por qué se impone la Ceniza?

La ceniza es un símbolo que recuerda que el ser humano es frágil y está llamado a la conversión frente al pecado; de allí que ella marque el inicio de la Cuaresma, que es un tiempo especial al que todos los cristianos están llamados justamente para la conversión, intensificando las prácticas penitenciales, así como la oración.

De ahí que durante el rito de la imposición de las cenizas, quien la impone pronuncia las palabras: “Convertíos y creed en el Evangelio”, o “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”.

La ceniza también es un sacramental, esto quiere decir que no es un sacramento, pero si prepara para recibirlos, como bien expone el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1670: “Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”.

“‘La liturgia de los sacramentos y de los sacramentales hace que, en los fieles bien dispuestos, casi todos los acontecimientos de la vida (…) sean santificados por la gracia divina que emana del misterio Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, de quien reciben su poder todos los sacramentos y sacramentales, y que todo uso honesto de las cosas materiales pueda estar ordenado a la santificación del hombre y a la alabanza de Dios'”, prosigue el Catecismo.

Es día de ayuno y abstinencia

El Miércoles de Ceniza, al ser una fecha que marca el inicio de la Cuaresma, es ocasión para la práctica del ayuno y la abstinencia, como también lo es el Viernes Santo.

El Código de Derecho Canónico, en los cánones del 1249 al 1253, lo explica de la siguiente manera:

“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen”, dice, para luego proseguir: “En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma (…) Todos los viernes, a no ser que coincida con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo”.

De la redacción de Gaudium Press.