Trastorno de Personalidad Obsesiva: entre el trabajo y la familia

NOSCE TE IPSUM Por: Josman Espinosa Gómez

Durante el confinamiento nos hemos enfrentado a situaciones que pueden llegar a poner en tela de juicio nuestras emociones, sentimientos, pensamientos y la forma de relacionarnos con los demás. Pero tal vez lo más complicado puede llegar a ser el darnos cuenta que lo que vivimos a manera personal requiere trabajo del cual talvez no nos habíamos dado cuenta. Entre muchos de los trastornos que han tomado el escenario durante este confinamiento, definitivamente ha sido el Trastorno de Personalidad Obsesiva.

Las personas con una personalidad obsesiva suelen vivir atrapadas en los detalles, en relaciones interpersonales prácticamente ausentes o muy conflictivas y, sobre todo, presos de sí mismos y sus obsesiones. Al igual que ocurre con otros trastornos de la personalidad, sus patrones de comportamientos se extienden a todos los ámbitos y no excluye ninguno. Parafraseando a Theodore Millon, se podría decir que son personas capaces de ver las pinceladas, pero son incapaces de ver el cuadro entero.

En el plano laboral son personas perfeccionistas, exhaustivas y trabajadoras. Lo consideran parte esencial de su persona y lo integran como un valor moral que debe regir su vida y la de los demás. Los problemas vienen cuando la perfección y la exhaustividad absorben al objetivo de la tarea y la necesidad de sentirse un trabajador competente absorbe el resto de actividades. Y en estos momentos de confinamiento han tocado la frustración en muchos aspectos, ya que son personas que aceptan órdenes y parece ser que lo hacen con gusto, pero pueden vivir entre el enojo y la constante vigilancia sin descansar. Como jefes pueden ser terribles para sus subordinados, porque nadie lo hace suficientemente bien, ya que siempre ven que todo debe de mejorar siendo inflexibles y estrictos, provocando enemistad con su equipo de trabajo.

En el plano familiar tienden a ser personas distantes, acostumbran a no dar demasiado afecto a las personas queridas. La relación con su pareja es carente de espontaneidad, así́ mismo, son muy estrictos con sus normas básicas de vida y esto provoca que la otra persona, o bien se convierta en una extensión de su voluntad, o termine abandonando la situación. Esta situación suele generar frecuentes conflictos y mucha insatisfacción de la pareja sobre todo ahorita que en el confinamiento convivimos más tiempo con nuestras parejas.

En relación a sus hijos suelen repetir el tipo de educación que ellos recibieron, tienden a ver las cosas blancas o negras y toda acción debe tener su consecuencia. Habitualmente tienen expectativas desajustadas sobre lo que sus hijos deben hacer, no respetan los procesos normales; de la misma forma esperan que sus hijos sepan qué es lo adecuado y si no son castigados material o emocionalmente, todo esto que señalamos en este confinamiento se ha visto con lupa y ha generado muchos conflictos familiares.

Es así que una persona con Trastornos de Personalidad Obsesiva vive con frecuencia en no ser conscientes de su propio sufrimiento, puesto que las emociones se encuentran totalmente reprimidas; sin embargo, presentan multitud de somatizaciones como dolores de cabeza y estomacales, son un grupo de riesgo para accidentes cardio-vasculares. Son personas que viven reprimidas emocionalmente con una incapacidad de expresar sus verdaderos deseos, ya que las normas los han ido velando, es alguien obsesionado con ser un trabajador modelo que lucha por adecuarse a lo que se espera de él, por lo que en esta situación se encuentra atrapado entre lo que esperan los demás y no puede dar y lo que se le ha enseñado. Normalmente son personas que ante esta situación tienden a racionalizar la situación, evitando de nuevo hacer contacto con sus emociones, por lo que normalmente es importante que se apoyen en ayuda profesional para aprender a solventar estas actitudes.

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