• Perros capaces de detectar a personas con diabetes y alertar en caso de bajadas y subidas de azúcar.
  • Por Birgitta von Gyldenfeldt (dpa)

Eckernförde, Alemania. 22 de noviembre de 2017 (dpa).- “Lilith, ve a buscar azúcar!” La perra labrador, que hasta hace un instante estaba tumbada en silencio en la entrada de una casa de familia, se levanta, sale corriendo y da vuelta la esquina. De pronto frena delante de tres camisetas negras, colocadas en el piso, una al lado de la otra. La perra las olfatea, toma una de ellas y se la lleva rápidamente a su dueña. Así actúan estos perros entrenados.

Lilith es una perra capaz de detectar a personas con diabetes y alertar en caso de bajadas y subidas de azúcar. Su dueña Stephanie Klameth es diabética.

La perra eligió la camiseta que Klameth utilizó durante una fase de bajo nivel de azúcar en la sangre.

Apenas detecta señales de una incipiente hipoglucemia en su dueña, la perra se dirige rápidamente hacia una pequeña cesta que contiene una bebida azucarada y se la lleva. Si Klameth no responde inmediatamente, Lilith sabe que tiene que pulsar un gran botón de alarma con su pata, que está directamente conectado con un sistema de llamada de emergencia.

La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica en la que se altera la regulación de los niveles de azúcar en la sangre.

Klameth sufre de diabetes tipo 1 desde los diez años. La alemana cuenta que la adolescencia fue para ella una etapa muy difícil. Además, la enfermedad trastocó todos sus planes futuros.

“Yo quería ser policía, pero no era posible teniendo diabetes”, cuenta la mujer de ahora 45 años. Finalmente estudió enfermería y se dedica a aconseja a personas con diabetes y a capacitar a otras en el manejo de esta enfermedad.

Hace unos años decidió entrenar a uno de sus labradores y lo convirtió en un perro de alerta para diabéticos. Inicialmente lo hizo para ella, pero desde hace un tiempo entrena a otros perros y a personas con diabetes.

El presidente de la Sociedad de Ayuda para Personas con Diabetes en Alemania, el médico Jens Kröger, asegura que “esto ha entusiasmado a muchos pacientes”.

¿A qué reaccionan los animales? Es posible que no solo huelan una inminente hipoglucemia, sino que también perciban cambios inconscientes en el comportamiento de su dueño, dice Kröger, quien dirige un centro de diabetología en Hamburgo.

“Es algo científicamente difícil de fundamentar”, señala Klameth.

Aparentemente, el sudor que aumenta ante una hipoglucemia huele diferente de lo habitual. Y esto es lo que se utiliza en el entrenamiento. Los afectados deben poner a diposición camisetas de la llamada fase pasiva, o sea, con niveles normales de azúcar y otras de períodos de hipoglucemia. Condicionar a los perros a los diferentes olores es un proceso relativamente rápido.

El verdadero trabajo comienza después: los animales deben aprender a reaccionar cuando huelen que la persona está un bajón de azúcar. Se los entrena sobre todo para esos casos, ya que una hipoglucemia es más peligrosa que una hiperglucemia o sea una subida de azúcar en la sangre.

Según la experiencia de Klameth, un perro está listo recién después de aproximadamente un año y medio de adiestramiento. Pero aún así hay que seguir ejercitando periódicamente con el animal.