La Piedad, Michoacán, 25 Septiembre 2016.– ¿Va a dejar su auto en la zona centro de La Piedad? Pues asegure bien el cofre de su coche. No vaya a ser como a a cinco trabajadores del Ayuntamiento quienes se quedaron sin batería a últimas fechas. Los amantes de lo ajeno han elegido el horario entre 9 de la mañana y 4 de la tarde para realizar el hurto. De forma rápida extraen los acumuladores a plena luz del día sin que nadie haya presentado una denuncia.

El eje de esta ola de robos está en las calles Ocampo, Matamoros, Simón Bolívar y Madero. De acuerdo al testimonio dos de las víctimas, los ladrones utilizan una herramienta para abrir el cofre de los autos. Buscan que los automotores no sean de modelos reciente. Éstos vehículos no cuentan con protecciones, señalaron los afectados. Ambos trabajadores municipales señalaron que esto sucedió sin que nadie se diera cuenta o halla visto algo. Sin embargo no son las únicas víctimas.

Al propietario de una refaccionaria también lo dejaron sin batería. El sentimiento de las víctimas es el mismo, impotencia y frustración según relataron a BRUNOTICIAS. “Somos varios trabajadores del Ayuntamiento, cinco por lo menos los que hemos sido afectados por esto, sin que nadie logre hacer algo al respecto”.

Estos casos, se suman a otros de los famosos “cristalazos”. Los rateros rompen el cristal con una bujía o con una piedra envuelta en un pañal. Con una palanca arrancan el autoestereo y huyen de la escena del crimen. Tan sólo quedan restos del vidrio roto y arañazos en el tablero. Un policía quien pidió anonimato, señaló que hay una familia que vive por la calle Juan Álvarez que ha estado involucrada en estos robos, pero siempre salen por que nadie presenta denuncias.

Ir al Ministerio Público, un calvario

Al preguntar a las víctimas si presentaron denuncia, todos respondieron en forma negativa. Una de las servidoras afectada se atrevió a decir que ir a la agencia del Ministerio Público es perder todo un día. Incluso, subrayó el mal trato de los agentes y de los propios abogados. “Uno termina regañado, parecía que yo tuve la culpa de que me robaran“.

Hasta los trabajadores del Gobierno de La Piedad nos dijeron de manera irónica. “¿Vale la pena perder un día de trabajo, de permiso o vacaciones para que no hagan nada? Mejor me compro una batería de medio uso.” El problema, señaló el dueño de la refaccionaria, está en que nadie revisa a las recicladoras, ellos son los que compran baterías, cobre, aluminio y todo el metal que se roban. Ellos también son culpables de esta ola de robos. Concluyó.