“Es que nunca me escuchas…¿y tú si?”; el arte de escuchar.

NOSCE TE IPSUM por el Dr. Josman Espinosa Gómez

Ludwig van Beethoven decía: no rompas el silencio, sino es para mejorarlo y, usualmente, cada vez que decidimos ignorar su consejo, solo logramos desatar las más grandes batallas en pro del ego y dirigidas por el sin sentido.

Pero en nombre de la justicia, uno podría decir que nunca se nos enseña a escuchar, sabemos lo que es oír, pero ¿escuchar? Escuchar es procesar lo que estoy oyendo, es querer darle un significado a lo que oigo y, sobre todo, hacer un esfuerzo por intentar comprenderlo desde el lugar del otro, es decir, de manera empática, entendiendo que aquello que comparte con nosotros a través de sus palabras es de suma importancia para él y tendría que serlo para mí también.

En otras palabras, escuchar no es estar oyendo mientras pienso lo que le voy a decir al otro cuando termine; escuchar no es juzgar lo que está diciendo el otro para validarlo o no; escuchar es un arte que tenemos que aprender a desarrollar, porque no nacimos sabiéndolo.

Si bien es cierto que hablar y escuchar pareciera de las cosas más comunes en nuestra vida diaria, no terminamos de darnos cuenta de que cuando no sabemos escuchar caemos en muchas faltas personales que proyectamos al hacerlo. El no saber escuchar demuestra ignorancia, baja autoestima, desconfianza, impaciencia, no aceptación, falta de  tiempo, exceso de confianza, una actitud de sabelotodo y, además, constituye una falta de respeto. Así que la próxima vez que creas que no te escuchan, piensa primero si tú sabes escuchar. Tal vez ese es el primer paso para cultivar este arte.

Si lo que te interesa es aprender a hacerlo, aquí tienes unos breves consejos con los que puedes empezar a practicar el arte de escuchar:

  1. No solo hablamos con la boca, también hablamos con el cuerpo. Tu cuerpo es el que realmente dice si la conversación te interesa o no, obsérvalo.
  2. No te distraigas. Pon atención completa a la persona, no veas el celular o la gente que pasa. Lo que te están contando es realmente importante.
  3. No interrumpas. Resiste las ganas y concéntrate, esto te ayuda a generar más confianza en ti.
  4. No te quedes con la duda. Si quieres preguntar algo, espera a que el otro termine y después pregunta, pero no de manera juzgadora, sino de manera interesada.
  5. Ponte en el lugar del otro. Piensa ¿qué sentirías si estuvieras del otro lado? Esto no significa que tienes que estar de acuerdo, simplemente trata de comprender que es estar ahí.

Así que la próxima vez que sientas que no te puedes comunicar con alguien porque no te escucha, piensa en lo que vas a decir, pregúntate si es algo que te gustaría que te dijeran y en caso de que tengas dudas, entonces respira y deja que el silencio hable por ti. Si te preguntan ¿por qué no dices nada? puede ser que sea porque te estás iniciando en este maravilloso arte.