B-Social, por Brenda Orozco Torres*

Si te digo que desde 1938 se ha reducido drásticamente la mortalidad infantil en Finlandia porque el gobierno regala una cuna con accesorios para los primeros meses de vida de un bebé ¿le darías like a mi publicación? Por el contrario, si digo que en San Luis Potosí se dan “cajas de cartón” para recién nacidos de familias vulnerables ¿reaccionarías también positivamente?

Sacó a colación esto como un simple ejemplo de cómo una noticia se hizo viral, pero de manera negativa cuando en días pasados el DIF Estatal de San Luis Potosí imitó el modelo exitoso en Finlandia pero los comentarios y las críticas no se hicieron esperar. Había como de costumbre, insultos hacia los funcionarios, eso sí, todo muy democrático, desde el presidente Enrique Peña Nieto hasta la presidenta del DIF potosino. Lo preocupante es que muchos no leyeron la nota completa en los medios de mayor prestigio, sino compartieron y retuitearon blogs anónimos y fuentes “serias” como El Deforma.

Lamentablemente, esta tónica se está volviendo la regla: leer el encabezado, ver la foto, dar clic en comentar y antes de escribir la sentencia, hacer un viaje por todos los comentarios anteriores para subir un poco de tono o moderarse y por último, comentar. Todo ello ¡sin haber abierto el sitio, la nota o el post en su totalidad! Algunos más aguerridos por supuesto, culminan con el “compartir” echándole de su cosecha.

Es tan común que puedo apostar que varios de los lectores han caído en la broma de alguien que dice cambiarse de ciudad, que sube un ultrasonido, que vende pruebas de embarazo y lo felicitan sin llegar a la parte donde aclara que es una broma.

Del muro del activista Antonio Franyuti (https://www.facebook.com/AntonioFranyutiActivista) cito cuatro filtros que me parecieron importantísimos para antes de compartir una noticia. Si eres funcionario público, reportero, líder social o simplemente alguien con muchos seguidores, estás obligado a informar con veracidad y evitar los rumores (¡por favor ya no maten a Vicente Fernández otra vez!).

  1. Mira que la fuente de la noticia sea confiable y reconocida. Revisa de dónde surge la nota, hay algunas páginas que usan el prestigio de otras y hacen nombres parecidos para generar tráfico y sacar provecho. Si la fuente tiene faltas de ortografía, seguro no es confiable.
  1. Cerciórate de que la fecha, el lugar o nombres mencionados coinciden con lo que crees estar comunicando. Hace algunos meses circulaba en redes un caudaloso río callejero por una ciudad que supuestamente era Guadalajara, arrasando con todo. Poco después se descubrió que el video no era actual ni grabado en México. Como ese hay mil ejemplos más: el empleado golpeador de +kota, el niño irapuatense que dibujaba para vivir, el presunto violador de Tabasco, etc.
  1. Googlea al menos dos fuentes más que hablen del tema y corroboren la información. Si ya estás en la computadora o el dispositivo móvil, no pierdes mucho tiempo en buscar la noticia en otras fuentes o en Twitter, que es la red social en la que puedes consultar las cuentas de los secretarios de estado, gobernadores, artistas, entre otros.
  1. Si conoces a algún experto en el tema ¡pregúntale! Si eres un sitio de noticias o quieres hacer un posicionamiento sobre el tema en cuestión, lo menos que puedes hacer es consultar a un experto o alguien letrado en el asunto. Puede ocurrir que opines elocuentemente en tu post de algo que crees o asumes y un contacto responda lo contrario y te “balconee”.

Si la noticia obtiene las 4 palomitas, es momento de compartirla. De lo contrario, piénsalo dos veces si te quieres exponer, pero sobre todo, si quieres contribuir a la desinformación. Bien lo decía Umberto Eco, “El exceso de información provoca amnesia. El exceso de información es malo”.

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