B-SOCIAL, por Brenda Orozco

Las encuestas fallaron. Desde meses previos, los expertos mostraban sus números y decían que todo estaba escrito. Algunos vaticinaban una elección muy cerrada, otros daban un poco más de ventaja, pero los señores de los números fríos se sentían seguros; además, Twitter y Facebook estaban muy activos en la víspera. El tema se hizo Trending Topic (TT) y prácticamente desde cualquier parte del mundo podíamos monitorearlo. Un artículo leído por aquí, un análisis posteado por allá y ya éramos expertos en el tema. ¡Hasta peleábamos (bueno, debatíamos) con los que tenían una postura diferente! Nadie se esperaba que ganará el SI y que Gran Bretaña dejara de ser parte de la Unión Europea.

¿De qué creían que estaba hablando? ¿De la elección del martes pasado o del plebiscito en Colombia? Básicamente, la dinámica es la misma: millenials apasionados en redes sociales, apoyando una causa, enarbolando una bandera y opinando de política. Sin embargo, el día que habría que acudir a las urnas, fueron aplastados por una generación anterior, los baby boomers (los nacidos entre 1946 y 1965).

Los que votaron por salir de la Unión Europea, fueron personas de las comunidades rurales y jubilados nacionalistas. Los que deseaban permanecer, fueron en su mayoría jóvenes que gozaban del libre tránsito y trabajan sin restricciones en un país diverso al suyo.

En Colombia, se preguntó a la población si deseaban firmar o no, acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las FARC) y ganó el NO, a pesar de que en el ámbito internacional se apostaba al SI. En esa jornada se vivió el abstencionismo más alto en dos décadas (menos del 38% del padrón votó) La mayoría de millenials abiertamente se había manifestado por el SI y en redes sociales compartían sus argumentos ¿Qué fue lo que pasó? No salieron a votar porque consideraban que el sufragio no haría ninguna diferencia.

Último y más reciente ejemplo: Elecciones en Estados Unidos. Hillary les hablaba a los millenials, pero no votaron ¿por qué? Porque están desencantados de la política. Seguramente a estas alturas leíste mil artículos sobre la victoria de Trump, así es que me limitaré a decir: las zonas rurales le ganaron a las grandes metrópolis. Muchas arrobas y menciones, rabietas de que “si gana me voy del país” y temerosas historias sobre el futuro no lograron que los activistas de escritorio dejaran su Mac y se fueran a votar.

Hace unos días, www.elfinanciero.com.mx replicó un reportaje de Bloomberg donde menciona “3 claves de por qué los millenials no lograron darle el triunfo a Clinton” los cuales te comparto:

1. Los demócratas capitalizaron el voto millennial, menos entre los blancos.
Las elecciones tuvieron la participación más baja entre los votantes más jóvenes de un candidato del partido republicano desde 1972.
2. El surgimiento de votantes jóvenes para los terceros partidos
Un ocho por ciento de los censados entre 18 y 29 años han votado a una persona distinta a los candidatos de los dos partidos mayoritarios, comparado con apenas un 3 por ciento en 2012.
3. No hay suficientes millennials votando en los estados indecisos
Si sólo hubieran votado los millennials, Clinton habría ganado las elecciones por goleada, con 473 votos electorales frente a 32 de Trump.

Y todo este baile de números me lleva a un punto: la democracia es más que votar y tuitear. La democracia no se ejerce únicamente cada tres o seis años, es un llamado a involucrarnos en nuestro entorno.

Los millenials han perdido de vista que la participación ciudadana es la médula de cualquier ejercicio democrático, no es algo que se limita a leer, dar like, compartir o comentar, no es cuestión de corazones o favs: es mucho más.

Lamentablemente, en los tres ejemplos que vimos hoy, que ocurrieron en otros países, los millenials jugaban un rol fundamental y no lo asumieron, no dejemos que en nuestro país pase lo mismo.

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