• Se prevé comercializar más de 535 mil 169 manojos de las tradicionales flores pata de león, nube y cempasúchil.

Morelia, Michoacán, 29 de octubre de 2017.- En los últimos dos años, Michoacán se ha posicionado como líder nacional en la producción de las flores: mano de león, nube y cempasúchil, aporta más de 535 mil 169 manojos, los cuales se espera comercializar durante la tradicional “Noche de Muertos” a lo largo y ancho de la geografía estatal.

Lo anterior, fue dado a conocer por la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (SEDRUA) del gobierno de Michoacán. De acuerdo a las cifras publicadas por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), se confirma el liderazgo michoacano en la producción de estas flores.

Gracias a los y las productoras de Copándaro, Tarímbaro, Tuxpan, Jungapeo, Irimbo y Zitácuaro, se ha logrado posicionar a la entidad como el líder de producción nacional de Cempasúchil y Mano de León, con una producción anual de más de 243 mil 229 y 71 mil 190 manojos, respectivamente.

En tanto que, a nivel nacional, los municipios arriba citados, colocan a Michoacán como el segundo productor de flor de nube con 220 mil 350 manojos.

El SIAP reportó que al cierre de año 2016, la obtención de la flor de cempasúchil alcanzó a nivel nacional un valor de la producción de 80.4 millones de pesos.

Además de que la flores de Cempasúchil como la Pata de León nos ubican en el primer lugar a nivel nacional de la producción, también forman parte de una gran riqueza cultural,  además de contribuir a que los turistas nacionales y extranjeros nos visiten al realizarse innumerables actividades con motivo de la tradicional Noche de Muertos, principalmente en Pátzcuaro y en las comunidades que se encentra ribera del lago.

El cempasúchil es un elemento fundamental en la ofrenda y las celebraciones de este tradicional 1 y 2 de noviembre, sobre todo para los difuntos adultos (para los niños se usan las gladiolas, el alhelí y la nube).

En muchos lugares de México sus pétalos sirven para formar un camino que guíe al difunto del panteón a la ofrenda o viceversa. Así mismo, la flor se usa para adornar y dar un toque de color a las ofrendas y tumbas, además de formarse cruces que dan el toque espiritual.