• El equipo mexicano se entrenó a puertas cerradas y tampoco atendió a los medios de comunicación.
  • Por Manuel González Vargas (dpa)

La selección de fútbol de México aprovechó hoy las virtudes de su campamento base en las afueras de Moscú para conjugarse en su propio búnker con un claro objetivo en la mira: el debut mundialista ante Alemania, la actual campeona.

En las afueras de Moscú, el equipo mexicano se entrenó a puertas cerradas y tampoco atendió a los medios de comunicación tras haber ofrecido conferencias de prensa toda la semana. Así, inicia la parte final de su preparación alejado de los micrófonos, como lo anticipó el defensor Carlos Salcedo el jueves.

“Nadie es invencible en una copa del mundo, ni siquiera el campeón, porque todos venimos con la mentalidad de ganar la Copa, así que no tenemos que seguir hablando tanto, sino que ahora hay que demostrar en el campo para qué estamos”, aseguró el jugador del Eintracht Frankfurt.

México se retira así de cualquier distracción en el confort de las instalaciones del Dínamo de Moscú, unos 30 kilómetros al norte del centro de la capital rusa, lejos del frenesí mundialista y rodeado de áreas verdes y clubes de country.

El lugar, escogido por la Federación mexicana durante durante la Copa Confederaciones de 2017, es además de difícil acceso. Apenas una línea de autobús llega cerca del lugar. Los alrededores están desiertos: no hay aficionados mexicanos rondando el lugar ni buscando una foto.

Sin embargo, en medio de la quietud del extrarradio de Moscú, se alcanzan a escuchar, a la hora del entrenamiento, las risas lejanas de los jugadores, que también se divierten en la víspera de su duelo frente al campeón del mundo en el estadio Luzhniki.

Los jugadores aztecas tienen la confianza por las nubes a pesar de los últimos escándalos que mancharon la despedida del equipo de su propio país. “No veo por qué no se le puede ganar a Alemania”, dijo el mismo Salcedo.

“Somos conscientes de lo que se va a jugar, y que tenemos que poner en alto a la selección con el trabajo que venimos haciendo. Mentalmente estamos preparados, ojalá sigan saliendo las cosas como pensamos”, señaló por su parte el defensor Hugo Ayala, que ante las bajas de Néstor Araujo y Diego Reyes podría ser titular el domingo.

El complejo del suburbio moscovita donde se encuentra México le permite además al técnico Juan Carlos Osorio esconder sus entrenamientos. Para cualquier fotógrafo es imposible franquear las paredes que rodean los edificios y los campos de entrenamiento.

Además, la revisión para el ingreso es minucioso y, por lo tanto, las demoras pueden ser de hasta una hora para ingresar los días que se permite el acceso a la prensa.

Sin miradas ajenas, el colombiano sabe que puede realizar los experimentos que considere necesarios y pegar los gritos que de otra manera sería más cauteloso en expresar: el búnker de México es también un paraíso para Osorio.

Los jugadores, por su parte, que se sorprendieron el primer día que se instalaron por la personalización de sus cuartos y de los vestuarios con sus nombres y fotos, también tienen oportunidades de divertirse aún dentro de la concentración.

Además de la zona de gimnasios y canchas, el lugar cuenta con un spa, alberca y con una zona de relajación que incluye mesas de ping pong y otros juegos.

Por si fuera poco, el complejo se encuentra a unos 20 minutos de distancia de de Sheremetievo, uno de los tres aeropuertos internacionales que tiene Moscú, el cual usará para viajara a Rostov del Don, donde jugará ante Corea del Sur, y a Ekaterimburgo, donde cerrará la fase de grupos ante Suecia.

De acuerdo con los medios locales, México venció en la puja por rentar el complejo del Dínamo a Alemania, que también buscaba un lugar con las características más cómodas para su equipo. El “Tri” buscará que esa victoria simbólica se convierta en una real el próximo domingo.