• 38 por ciento de los voluntarios trabaja en instituciones religiosas. 
  • El 5 de diciembre se celebra el Día Internacional de los Voluntarios.

Aguascalientes, Aguascalientes. 5 de diciembre de 2017.- En México hay poco más de 2 millones de voluntarios organizados en instituciones en el 2015, observándose un incremento de 717 mil nuevos voluntarios a partir del año de 2008, donde se tenía un registros de 1 millón 321.

En 2015, 38 de cada 100 voluntarios colaboran en organizaciones religiosas, seguido de la actividad en Servicios sociales con 18 de cada cien, tales como grupos de autoayuda, albergues, bomberos, centros de desarrollo infantil y casas cuna; en contraste, en las casas de cultura, museos y asociaciones literarias colaboran cerca de tres de cada 100 personas voluntarias del país.

Cuando se considera el total del voluntariado en la Cuenta Satélite de las Instituciones Sin Fines de Lucro ISFL se observa que 48 de cada 100 son mujeres. Esta proporción se acentúa en las actividades relacionadas con la Religión, donde las mujeres son el 58.6% del voluntariado; en contraste, en las Asociaciones gremiales y sindicatos, el 71% son hombres.

El valor económico del trabajo voluntario (VETV) que se mide en la cuenta satélite es un cálculo que permite dimensionar los costos que las organizaciones tendrían que hacer para realizar las actividades que hoy realizan los voluntarios. Es decir, si las organizaciones tuvieran que contratar personal remunerado para sustituir a sus voluntarios, tendrían que haber destinado 113 mil 157 millones de pesos para tal efecto[1].

En el año 2015, cada voluntario en las organizaciones sin ánimo de lucro aportó en promedio el equivalente a $55 mil 526 pesos. Este valor es diferenciado en función de las horas aportadas y del tipo de actividad donde los voluntarios participan.

De acuerdo con su forma de participación, los voluntarios pueden ser de dos tipos. Los primeros son aquellos que apoyan a otras personas de forma directa, es decir sin intermediación de alguna organización. En la reciente etapa de emergencia del país por los sismos de septiembre pasado, fue común ver a este tipo de voluntario actuando en el rescate de personas en la remoción de escombros, regulando el tránsito de peatones y autos, o preparando y llevando comida para los rescatistas en los puntos afectados.

El segundo tipo corresponde a los voluntarios que realizan sus acciones a través de la coordinación de una institución[2], que también tuvieron una importante participación en la atención de las necesidades surgidas por la emergencia citada, pero su apoyo se realizó a través de una organización como Cruz Roja, Topos A.C, entre muchas otras.

Generalmente ambas formas de voluntariado participan en diferentes actividades como la reparación de viviendas, cuidados de salud a enfermos o a personas con discapacidad, cuidados a niños o ancianos que no formen parte de su hogar, o en actividades destinadas al mejoramiento del medio ambiente, como la limpieza de ríos, o de áreas verdes, entre otras.

[1] Esta estimación de valor solo implica una medición de carácter económico, en el aspecto social y humano la contribución solidaria del voluntariado es incuantificable.

[2] El trabajo voluntario que se mide en la cuenta satélite es aquel que tiene la frecuencia y la recurrencia necesaria para que la organización no lucrativa pueda generar un programa de trabajo anual considerando la participación de estos voluntarios.