BIOECONOMUNDO, por Rodrigo Diez de Sollano Elcoro*

Muchos nos equivocamos creyendo que las encuestas previas a las elecciones del 5 de junio se convertirían en realidades… incluidos la plana mayor del PRI, el Presidente de la República y su gabinete. La mayoría de las encuestas indicaban que el PRI ganaría 6 de 12 gubernaturas y tenía buenas posibilidades de ganar otras 4 donde las encuestas arrojaban “empate técnico”. Pero los votantes decidieron otra cosa y los resultados hasta hoy son 7 gubernaturas para el PAN o el PAN en alianza con el PRD y 5 para el PRI y sus aliados.(1)

¿Quién ganó y quién perdió realmente?

Los primeros grandes perdedores fueron las agencias encuestadoras y sus clientes los partidos políticos. Los pronósticos que arrojaban las encuestas en su gran mayoría no se cumplieron con lo que estas empresas han perdido gran parte de su credibilidad.

El primer gran ganador es el abstencionismo. En los estados donde hubo elecciones acudieron a votar menos del 50% incluso hasta el 28% de los ciudadanos que aparecen en el padrón electoral. Es decir que los candidatos “ganadores” con porcentajes de votos de entre 35% y 48% fueron electos en el mejor de los casos, por menos del 24% de los ciudadanos con derecho a voto. Es decir, una minoría decidió quien gobernará, lo cual puede ser legal ¡pero le falta legitimidad!

¿Qué sucede? ¿Los ciudadanos ya no creen en la validez o en la utilidad de las elecciones? ¿Los mexicanos estamos decepcionados de las actuaciones de los políticos que han sido electos? ¿Valen lo que cuestan las elecciones? (que por cierto son muchos millones de pesos!!).

Hay un grupo importante de ciudadanos que ya no creen en las elecciones como vía para llegar a la democracia. Se dieron casos de posibles votantes que tomaron la decisión consciente de no votar para expresar su protesta contra la ineficacia o la corrupción de los gobernantes en turno.También hubo quien expresó su protesta en las urnas marcando la boleta electoral con señalamientos contra de los “políticos”, invalidando su voto. Y también quienes simplemente por pereza no se acercaron a las casillas de votación. El hecho es que cerca del 70% de los votantes no acudió a votar, lo cual deja en claro que hay mucho que hacer al respecto…

A pesar de todo el triunfalismo de las dirigencias del PAN y del PRD, perdieron los partidos políticos, porque los resultados de las elecciones del 5/junio/2016 no fueron “a favor” del PAN y el PRD, sino “en contra” del PRI y en general de los gobernantes corruptos de cualquier partido político. Y aquí aparece el grupo de los grandes perdedores: los funcionarios gubernamentales empezando por el Presidente de la República, continuando con los gobernadores de los estados tanto del PRI como del PAN y siguiendo con los alcaldes, quienes son vistos formando parte de un sistema corrupto e ineficaz, ante los cuales protestaron votando en contra de sus respectivos partidos, como fue el caso del PRI en Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Durango, Aguascalientes y Chihuahua o del PAN en Sinaloa y Oaxaca.

Perdieron los partidos al seleccionar mal a sus respectivos candidatos (a pesar de que hay quien los califique como “buenos candidatos”), algunos con pésimos antecedentes y además (en el caso del PAN) emigrados de las filas del PRI, lo cual le restó credibilidad a sus candidaturas y probablemente generó parte del abstencionismo aun cuando los candidatos tenían experiencia para navegar en las aguas profundas de la política. A pesar de lo anterior, los pocos ciudadanos que todavía creen en el poder del voto aprovecharon las elecciones para expresar su hartazgo y ahí están los resultados a favor de los candidatos de PAN+PRD o del PRI en dos casos.

Otros ganadores fueron las alianzas entre partidos, por ejemplo PAN+PRD y PRI+PVEM+Nueva Alianza. También alianzas al interior de los partidos como Felipe Calderón apoyando a Javier Corral en Chihuahua y apoyos externos tales como Cuauhtémoc Cárdenas y Denise Dresser haciendo presencia en la campaña de Corral lo que generó más credibilidad para este candidato.

Entre los perdedores vemos a los candidatos independientes quienes quedaron lejos de la votación obtenida por los triunfadores. Esto originado en parte por las dificultades extraordinarias establecidas por las legislaciones federal y estatales, diseñadas para estorbar el avance de los independientes. Por otra parte la posibilidad de alianza de un independiente con un candidato de algún partido, (lo que en cierto momento se vio factible como en el caso de Chihuahua), sonaba a traición para los oídos de cualquiera de los independientes y sus seguidores. Salvo dos excepciones en Oaxaca, en el municipio de Reforma de Pineda, donde la candidata independiente sumó los votos de los candidatos de todos los partidos (excepto del PRI) ganando la elección y el municipio de Putla Villa de Guerrero.

Y el sistema político mexicano que favorece a los partidos políticos y a sus candidatos, resultó nuevamente ganador ya que a pesar de la abstención, del voto de protesta y de la participación de candidatos independientes, no da señales de cambios profundos. Por ejemplo, no hay posibilidades de aprobación de la “segunda vuelta” cuando ninguno de los candidatos obtenga más del 50% de los votos. Tampoco se ve posible que los legisladores aprueben que los votos no emitidos sean tomados en cuenta para invalidar una elección, cuando excedan de cierto porcentaje. Y está lejano el día de aprobación de las leyes anticorrupción…

¿Qué sigue?

Si todavía creemos que las elecciones son parte del camino hacia la democracia, es necesario trabajar en la promoción del voto. Pero no solamente en el período previo a las elecciones, sino con la transparencia y la rendición de cuentas por parte de los gobernantes en turno, de tal manera que convenzan a los posibles votantes que realmente vale la pena votar. La promoción del voto va de la mano la educación de niños y jóvenes, quienes serán los votantes próximamente. Por ellos es todavía más importante la congruencia entre promesas de campaña y acciones de gobierno. También se requieren cambios importantes en las leyes para crear la “segunda vuelta” en las elecciones presidenciales y de gobernadores, etc. etc.

Es urgente corregir una de las causas más importantes del abstencionismo: la corrupción. Es indispensable que el Congreso de la Unión se avoque a la discusión y aprobación de las leyes relativas al sistema anti-corrupción y posteriormente a su puesta en práctica. Para ello se requiere del apoyo total de los gobernantes para transparentar sus ingresos, sus posesiones y sus intereses, empezando por el Presidente de la República hasta llegar al último funcionario.

Durante los próximos 2 años, antes de la elección de Presidente de la República en 2018, los gobiernos federal, estatales y municipales estarán bajo el escrutinio de la ciudadanía para verificar la eficacia y honestidad de los gobernantes emanados de cada partido político y así tener elementos para decidir a quien otorgar el voto en esas elecciones.Es por esto que los partidos, tendrán que evaluar las ventajas y desventajas de invitar como candidatos a personas egresadas de otros partidos, porque pueden ser “buenos candidatos” y malos gobernantes y los retos y oportunidades de construir alianzas con otros partidos y las posibilidades reales de gobernar en “cohabitación”. Porque el día de las elecciones se sabrá la respuesta a esta pregunta: ¿Será nuevamente un voto de castigo?

*Rodrigo Diez de Sollano es Bloguero y consultor en materia agroalimentaria y de combate a la pobreza para la FAO, fue Secretario de Desarrollo Rural de Jalisco y Director General del Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) de la SAGARPA

Twitter: @DeSollano


Fuentes de Información

1. Instituto Nacional Electoral-Programa de Resultados Electorales Preliminares-(PREP 2016)