• La falta de higiene se traduce en un aumento de enfermedades debido a infecciones con alimentos.
  •   Por Katja Wallrafen (dpa)

Aquí, algunos consejos para evitar la contaminación en la cocina:

Agua y jabón

Nunca está de más repetirlo: la higiene de las manos es de central importancia. Esto significa que hay que lavarse las manos antes de preparar las comidas y durante su preparación después de estornudar, sonarse la nariz, tener contacto con animales de la casa o tocar la basura.

Evitar la contaminación cruzada

Esto se refiere a cuando las bacterias de un alimento pasan a otro. Si se corta una pechuga de pollo cruda sobre una tabla, no conviene luego usar la misma tabla y el mismo cuchillo para cortar la ensalada, ya que de esta forma pueden terminar fácilmente en la ensalada bacterias como las “campylobacter”.

Limpieza de las tablas de cortar y picar

Se recomienda tener tablas de distintos colores: una para carnes y pescados, es decir, comidas que luego se cuecen, y otra para alimentos crudos. Sin embargo, algunos especialistas afirman que no hace falta y que basta con limpiar las tablas con agua caliente y detergente. Lo más importante es que las tablas tengan superficies lisas para que se las pueda limpiar con facilidad.

Un repasador para la vajilla, otro para las manos

Los repasadores o paños pueden ser acumuladores de bacterias en el hogar. Por eso, nunca hay que usarlos por más de una semana y lavarlos a 60 grados. Si están evidentemente sucios, hay que cambiarlos y lavarlos de inmediato.

Limpiar regularmente la nevera y el cubo de basura

En el cubo de basura se acumulan bacterias y gérmenes. Los expertos recomiendan por eso un cubo con pedal, para no tener que abrirlo con la mano. Además, hay que limpiarlo regularmente, al igual que la nevera.

No interrumpir la cadena de frío

Para evitar que las bacterias se multipliquen en los alimentos, no hay que interrumpir la cadena de frío. Los alimentos que hay que guardar en frío deben ir lo antes posible a la nevera tras la compra.

Cocinar bien

La cocción pareja y completa de los alimentos de 70 a 100 grados mata la mayoría de los gérmenes. Hay que controlar que la carne también se cocine en su interior. La cocina siempre debe ser saludable.