• Se les llama “Chacales”, “Acamayas” o Langostinos de río, pero lo cierto es que el exceso de agroquímicos y garrapaticidas vertidos a ríos y arroyos los están acabando a un ritmo que ya los pone en peligro.
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

Villa Purificación, Jalisco. 10 de junio de 2018.- Los afamados langostinos de río, conocidos en el occidente del país como chacales, han sido seriamente atacados por varios factores:  las aguas residuales, urbanas, la captura desmedida y los efectos contaminantes de los agroquímicos usados por productores de sandía, además de los líquidos de los garrapaticidas de parte de los  ganaderos .

Así lo plantea, el ganadero del municipio Villa Purificación, Orencio Arias  Fierro, quien dijo que en el caso de la ganadería  el efecto negativo contra los chacales, se tiene por el hecho de que se ha recurrido “a la compra de garrapaticidas de baja calidad, lo que origina que se incrementen los baños al ganado , y con ello tenga más concentración de desechos en los ríos y arroyos”.

Indicó que actualmente no se tiene la misma disponibilidad de los animales, lo que ha originado que se encarezan  y que un kilogramo se cotice a 500 pesos ya preparado. El producto crudo ronda los 300 pesos en varios municipios de la Costa  y la Sierra Sierra Occidental de Jalisco.

Dijo también que  su gremio ganadero ha incurrido en prácticas agrícolas contaminantes con el inadecuado empleo de agroquímicos (como herbicidas)  en sus predios de pastizales, lo que origina el flujo de sustancias tóxicas a los arroyos en tiempos de lluvias.

Añadió este entrevistado que este problema requiere acciones de fondo, desde la concientización de ganaderos y agricultores, hasta de la mano firme  de las autoridades agrícolas y ambientales en los tres niveles de gobierno,  de lo contrario esta especie va a desaparecer de la región.

EL DATO

Entre las propuestas que algunos biológos han planteado para proteger al langostino silvestre, figura la de  introducir la crianza en granjas  del llamado langostino malayo (Macrobrachium rosenbergii), el cual ya está domesticado (y acepta el alimento balanceado), para con ello reducir la captura de las variedades silvestres (Macrobrachium tenellum y Macrobrachium americano).