• Descubrimos un sitio en la comunidad de Huapamacato donde arriban decenas de mariposas monarca y de otras variedades como si fuese un mini santuario.

LAS MONARCAS A SU PASO POR CHURINTZIO

Reportaje de color por Bruno Eduardo Aceves Alejandre

Churintzio, Michoacán, 26 Noviembre 2016.- Realizan travesía desde las florestas del sur de Canadá hasta los bosques de oyameles michoacanos. En ese trayecto, la mariposa monarca hacen una serie de paradas obligadas a su vuelo. Uno de esos sitios es un rincón apartado en la comunidad de Huapamacato, en Churintzio. Ahí los insectos voladores aprovechan un manantial milenario para tomar agua y descansar.

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En un hecho fortuito pudimos ser testigos de este hecho. Decenas de mariposas monarcas y de otras variedades aprovechan este rincón para reponer fuerzas.  Parecía una escena de libro de García Márquez, había mariposas amarillas, azules, monarcas. A menos de 20 metros del lugar las primeras casas. Por un costado, un abrevadero de animales alimentado por uno de los ojos de agua de la comunidad.

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Pero lo más impresionante no era la cantidad de mariposas o su variedad. Era el hecho de que uno se podía acercar a ellas y casi tocarlas. Nuestra cacería fue de imágenes. Lo mismo captamos libélulas que copulaban en el aire.  Ranas que brincaban de una piedra a otra y otros bichos que toman los estanques del territorio de Churintzio como casa.  Un triunfo de la naturaleza ante el paso destructor del humano.

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Pero es la monarca la especie que vuela a ratos. Por momento permanecen inmóviles. No les importa que haya otras mariposas de distintos colores o tamaños. En un acto de audacia me coloco con mi cámara en medio de ellas. Para mi sorpresa revolotean a mí alrededor, pero no se van de ese sitio. Pareciera ser un paradero de descanso obligado.

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Es cierto, no están en las cantidades que uno las encuentra en los santuarios. Pero ahí están, algunos podrán decir que son pocas. Pero Huapamacato y Churintzio son privilegiados en poderlas recibir en su casa. Habrá que cuidar este pequeño santuario, habrá que mejorarlo. Tal vez habrá que esconderlo, de la gente depende el destino de este lugar exclusivo.

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Huapamacato tenía en 2010, de acuerdo al censo del INEGI 449 habitantes. Es un rancho que se extiende a lo largo del camino, a la orilla de cultivos de sorgo y maíz. Hay nacimientos de agua como dedos de una mano. Sin embargo ese valioso líquido corre en muchos casos y se desperdicia. Algunos manantiales son temporales, otros permanentes.

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Este poblado cuenta con vestigios precolombinos. Uno de sus habitantes se ha dado a la tarea de recolectarlos. El frente de su casa parece más bien un museo al aire libre. Se ven antiguos molcajetes y metates. Pero también petroglifos, algunos con espirales, otros con figuras más elaboradas que el paso del tiempo y la propia erosión han ido desgastando hasta hacerlas casi imperceptibles.

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Quisimos publicar esta narración hasta que las mariposas estuviesen en sus santuarios del oriente de Michoacán y en el Estado de México. No queremos interrumpir la paz de estos animales con la presencia masiva de visitantes. Entre los purépechas hay la creencia de que las mariposas monarca son las almas de los muertos que regresan. Por eso, por respeto, no hay que molestarlas.

Mientras tanto, es mejor admirarlas y esperar su regreso, dentro de un año, o tal vez en la vuelta…

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