• Adeptos de brujería son también víctimas de la violencia

Bangui, República Centroafricana. 8 de julio de 2018 (Vatican News).-  Los obispos de la República Centroafricana están preocupados con el tema brujería y así lo han expresado tras concluir su asamblea plenaria desarrollada en la ciudad de Berbérati. Ellos llaman a combatir “la plaga de la brujería extendida socialmente”.

La República Centroafricana vivió momentos de paz con la visita del Papa Francisco al país a finales del año 2015, en medio de una situación de violencia que puede ser gravemente explosiva por sus características religiosas, la cual enfrenta a milicias anti-balaka y milicias ex – seleka. Entretanto, son también muchas las fuerzas que luchan por el fortalecimiento institucional.

Luego de la visita, el Papa Francisco recibió en  este año en audiencia en el Palacio Apostólico, al presidente de la república, Faustin Archange Touadéra, y junto a él destacó los esfuerzos hacia la recuperación de la estabilidad político-institucional, al tiempo que resaltó las labores de la comunidad internacional promoviendo la pacífica convivencia.

Sin embargo, en una situación que sigue siendo violenta en muchas partes, particularmente fuera de la capital, Bangui, una población no culta culpa de sus muchos males a la brujería, y por ello los que son acusados de brujería son también fácilmente víctimas de la violencia.

“La lucha contra el flagelo de la brujería que causa tantas muertes en nuestras familias y en nuestra sociedad, pasa por el desarrollo de una justicia sólida que garantice los derechos de las víctimas”, expresa el episcopado centroafricano en su mensaje, recordando que para los creyentes, “también pasa por la profundización de la fe, la oración, el amor y el perdón”, según lo destaca el portal Vatican News.

Se ven entonces al menos dos aristas de un mismo problema: primero, la propia acción maléfica de la brujería, que los obispos titulan de plaga, y que atrae la acción de las fuerzas del mal. Contra ello, la acción de la evangelización, que da los recursos sobrenaturales para enfrentar a estas fuerzas oscuras.

Segundo la falta de educación de la población, que busca “chivos expiatorios” de todos sus males en los que acusa de brujería, causando entre ellos víctimas de la violencia. Contra ello, también la acción evangelizadora y civilizadora de la Iglesia, que educa a las personas, que los motiva a enfrentar los males con el desarrollo de servicios de salud, educación, sociales, y que educando en las artes humanas, aleja también a quienes buscan en la práctica de la brujería un medio de subsistencia, además de clamar por una verdadera justicia, que incluso beneficie a quienes son acusados de brujería.