SECTOR PRIMARIO, por Francisco Mayorga Campos @fmayorga00

“No venimos a la vida a custodiar un museo. Venimos a cultivar un jardín.”

Desde tiempos inmemorables se ha concebido a Dios en las escrituras y la religión Judeocristiana, además como un arquitecto como un hortelano, como un jardinero. Cristo, en muchas de sus parábolas hace alusión más que a la carpintería a la agricultura.

La agricultura impregna muchas cosas, por no decir todo y  sus analogías simplifican cuestiones sofisticadas de la vida.

Hace un par de días tuvimos el honor de lanzar la primera comunidad de emprendedores del agro: inncampo(r) . La idea es, como lo he comentado en otros artículos, consolidar y aglutinar los distintos actores que participan en el emprendimiento y coordinarnos para lograr proyectos de alto impacto.  Decir que la mayoría de los emprendedores del campo son jóvenes no es cierto. Más bien quienes están emprendiendo son adultos. Lo jóvenes nos estamos rezagando. El campo nos está dando flojera.

Dedicar pocas horas al campo tiene costo. El costo principal es el ambiental. La comodidad se suple con químicos y prácticas que no son sostenibles. El impacto de huir de la “talacha” es degradación ambiental evidente.

Si bien urge que los jóvenes se metan en el campo, también urge que entiendan que el trabajar en el campo es un gran sacrificio de comodidades y aceptar un estilo de vida volátil.

Cuando promovemos el agro hay que promoverlo con sus realidades:  el campo no es algo cómodo o cuadrado, todo lo contrario, el producir alimentos ensucia las manos, las botas y saca callos. Duele la espalda, se quema la piel por más que se use bloqueador, se sacrifica sueño y tiempo para la familia. No hay señal de celular, ni energía eléctrica en medio de las parcelas y cuando cae el agua nos causará alguna que otra gripa y desvelada.

Si nos toca atraer a jóvenes al campo hay que decir la verdad. Claro, tampoco dejar de ver la parte hermosa de la profesión. Contacto con la naturaleza, ejercicio físico y tranquilidad mental, respirar aire limpio, aprendizaje sin intermediarios y hasta uno que otro comeaños desde que es productor.

Para ir mitigando en cambio climático y la degradación ambiental es momento de darnos oportunidad de trabajar duro en el surco, de ver los frutos de nuestro esfuerzo (literal) reflejados en alimentos sanos y de calidad, llenos de sabor. En entender que si querernos ser “ecológicos” de verdad, tenemos que poner más que un tweet o un like de face. Tenemos que poner algo de pellejo (o mucho) y entender que las satisfacciones son mayores conforme mayor es la entrega, la pasión y el esfuerzo.

Nuestro campo nos llama a pasar más tiempo con él y en el. Démonos esa oportunidad y seamos testimonio de las nuevas generaciones.

Francisco Mayorga Campos Twitter @fmayorga00