• 21 por ciento de jóvenes de 18 años y más comprende la mitad o poco de lo que lee.
  • Por Juan Carlos Castellanos C.

Ciudad de México, 23 de julio de 2019 (Notimex).– Patricia Rosas Chávez, directora del Programa de Fomento a la Lectura para niños y jóvenes “Letras para volar” de la Universidad de Guadalajara, afirma que uno de los retos educativos más importantes de México es que este sector de la población encuentre placer en la lectura y forme un hábito de curiosidad permanente.

Está comprobado, dice, que quienes leen más y mejor logran mayores resultados de aprendizaje y tienen éxito en diversos ámbitos de su vida. “Sin embargo, los resultados educativos muestran que una parte de los estudiantes cuenta con niveles insuficientes de lectoescritura, lo que dificulta su trayectoria académica e influye en el abandono escolar”.

Refiere que de acuerdo con investigaciones, 82 por ciento de la riqueza mundial generada durante 2018 está en manos del uno por ciento de la población más rica. México está dentro del 25 por ciento de los países con mayores niveles de desigualdad, donde 53.4 millones viven en situación de pobreza, y de éstos, 9.4 millones se encuentran en situación de pobreza extrema.

“En nuestro país, sólo 17.4 por ciento de la población de 25 a 64 años de edad cuenta con educación superior, mientras que el promedio en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 37.7 por ciento. En México, la población lee en promedio 3.3 libros al año”.

La estratega de “Letras para volar” sostiene que de la población mexicana lectora de 18 años y más, 21 por ciento comprende sólo la mitad o poco de lo que lee, de acuerdo con el Módulo de Lectura del Inegi realizado en 2018, que además revela que en los últimos cinco años el porcentaje de población que leyó algún material considerado por el módulo, fue a la baja.

“Se presentó un decremento muy cercano a los 10 puntos porcentuales, lo que representa que bajamos de 84.2 por ciento en 2015 a 74.8 en 2019”, precisa Rosas Chávez, al agregar que las principales razones por las que la población no lee son falta de tiempo, con 47 por ciento de ellos, y falta de interés con 21 por ciento.

En tanto, 78 por ciento de los hombres leyó alguno de los materiales del Módulo de Lectura del Inegi 2018, mientras que en las mujeres la proporción fue de 71.7 por ciento, ante lo cual “hay una brecha de género en los resultados de educación y de lectura”, subraya.

La asistencia a puntos de venta o préstamo de materiales de lectura es baja, pues “25 por ciento acudió a la sección de libros y revistas en una tienda departamental; 19 por ciento visitó una librería; 14 por ciento fue a un puesto de libros o revistas usadas, y el menor porcentaje lo registró la asistencia a bibliotecas, con sólo 11 por ciento”.

Para la directora del Programa de Fomento a la Lectura para niños y jóvenes “Letras para volar”, eso “muestra la necesidad urgente de que las bibliotecas cambien radicalmente sus formas de operación. Y aquí aplica el refrán de que si la montaña no viene a nosotros, nosotros debemos ir a la montaña; es decir, las bibliotecas tienen que ir a los lectores”, añade.

Al participar en una de las últimas actividades del 13 Gran Remate de Libros que este año tuvo lugar del 12 al 21 de julio en la Explanada del Monumento a la Revolución, Rosas Chávez advierte que son tres grandes temas los que se relacionan con la lectura: El gusto de leer, el desarrollo de la cognición y la lingüística, y el acceso a los libros.

A este respecto, asegura que el gusto por leer debe ser un acercamiento amoroso, por vía de la emoción, del diálogo y por la voz de aquellos a quienes se ama; “ciertas corrientes científicas ven poco serio que se hable del amor y se reconozca una emocionalidad en lo que hace el ser humano”.

En cuanto al desarrollo de la cognición y la lingüística, considera que lamentablemente la mayoría de los esfuerzos que se han canalizado a ese ámbito han tenido poco éxito.

“Poco nos preguntamos sobre los contextos de dónde proviene la gente que lee en las escuelas; no apelamos a la realidad de los niños, adolescentes y jóvenes, lo cual hace un distanciamiento entre ellos y los libros”, indica la promotora de la lectura.

Sobre el acceso a los libros dice que en un país pobre, como México, la gente no puede adquirirlos porque son caros. “Hay muchas investigaciones que demuestran cómo los resultados académicos de los niños se asocian con la cantidad de libros que poseen”.

“Niños con 11 a 100 libros en su casa califican apenas en el nivel básico, mientras que quienes tienen más de 100 libros llegan al nivel de eficiencia. Pero en México, casi la mitad de los hogares posee de 0 a 10 libros. De ese tamaño es el problema de acceso a los libros que tenemos en este país; leer es la base del proceso educativo”, sostuvo Patricia Rosas Chávez.

Al acto, donde se rindió homenaje al escritor Fernando del Paso, asistieron el secretario de Cultura de la Ciudad de México, José Alfonso Suárez del Real; la directora de la Cátedra Arte, Poética y Literatura “Fernando del Paso” de la Universidad de Guadalajara, Carmen Villoro Ruiz, y la hija del homenajeado, Paulina Alicia del Paso Gordillo.