Ciudad de México. 13 de septiembre de 2018 (Notimex).- Los adultos mayores con la condición de fragilidad son más susceptibles a recibir maltrato psicológico, sexual y físico, además puede favorecer al desarrollo de depresión, advirtieron investigadores del Instituto Nacional de Geriatría (Inger).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada 10 personas adultas mayores ha sufrido malos tratos en el último mes, y “desafortunadamente en México hay alta frecuencia de maltrato”, destacó la doctora Sara Torres Castro.

Junto con Óscar Rosas Carrasco, también investigador del Inger, la especialista analizó la asociación entre la fragilidad y el maltrato en las personas adultas mayores.

El doctor Rosas Carrasco mencionó que la fragilidad, caracterizada por la vulnerabilidad a eventos estresantes, es una condición frecuente en los adultos mayores. Se estima que entre 10 y 15 por ciento de los adultos mayores en México presenta fragilidad.

La medicina geriátrica describe la fragilidad como la pérdida de la movilidad de la marcha, sensación de cansancio extremo, disminución de la fuerza muscular y pérdida de peso.

El agotamiento que perdura por más de dos días, caminar lentamente, tener un bajo nivel de actividad física y la realización lenta de las actividades básicas de la vida, son algunas características de la fragilidad.

“La fragilidad es un predictor porque después de que esta se presenta hay desenlaces negativos en el individuo como dependencia, hospitalización, mayor uso de los servicios de salud (consultas médicas y hospitalizaciones) o muerte. Todo ello implica sufrimiento, gastos considerables, dependencia y carga hacia la familia”, refirió el doctor.

En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Sara Torres Castro mencionó que hasta ahora la fragilidad y el maltrato en adultos mayores se habían estudiado de forma aislada: la primera desde la parte clínica, mientras que el segundo desde un enfoque social.

“Desafortunadamente en México hay alta frecuencia de maltrato. Una persona con el fenotipo de fragilidad es más vulnerable a recibir maltrato, en su forma física, psicológica, económica, sexual, y negligencia, por alguna persona de su familia o comunidad”, advirtió Torres Castro.

Los especialistas del Inger entrevistaron a 285 adultos mayores provenientes de una comunidad: se evaluaron factores asociados de fragilidad, cambios en la composición corporal y caídas, además realizaron entrevistas estructuradas para determinar si han sido víctimas de maltrato.

El resultado fue que los adultos mayores con la condición de fragilidad son más susceptibles a recibir maltrato psicológico, sexual y físico, además de favorecer al desarrollo de la depresión.

Esta investigación será útil para que los médicos geriatras y otros profesionales de la salud implementen estrategias de prevención primaria centradas en las personas mayores en situación de riesgo, gestionar los casos de abuso, instruir a las familias y cuidadores.

Lo anterior permitirá identificar y solucionar esta problemática que de acuerdo con la doctora, denigra y atenta contra los derechos de los adultos mayores.

“Una persona con fragilidad tiene dos veces más posibilidades de recibir maltrato en casa, a veces, la familia se desespera mucho cuando un adulto mayor está disminuyendo su velocidad de pensamiento, su velocidad de reacción para cocinar, para hacer sus actividades. Desde ahí se presenta el maltrato”, indicó.

Asimismo, Óscar Rosas Carrasco afirmó que un estilo de vida saludable ayuda a contrarrestar la fragilidad, por lo que recomendó realizar caminatas diarias de al menos 30 minutos, llevar a cabo una alimentación sana, equilibrada, baja en carbohidratos, rica en proteínas y abundante en vitaminas y minerales.

Así como evitar el consumo de sustancias tóxicas, alcohol, drogas o el tabaquismo porque condicionan una serie de enfermedades que merman la salud, además de evitar el aislamiento, ya que también se considera una causa frecuente de maltrato.

“Está demostrado que un adulto mayor, con familia o sin familia, con una mejor red social de apoyo tiene mejor salud, menos violencia, está más contento y tiene mejor bienestar”.

El doctor resaltó que “estigmatizamos el envejecimiento. Decimos que la persona mayor de 60 años ya está vieja y no tiene remedio y esta consciente y reafirma tales calificaciones, pensando que quizá pronto morirá. Entonces la persona se deprime y presenta condiciones que la llevan hacia grandes complicaciones”.