EL INTERNET DE LAS COSAS

B-SOCIAL por: Brenda Orozco

Una de las promesas más sugestivas de nuestra época es que la tecnología haga, por fin, innecesaria la imaginación”

Arcadi Espada

La primera vez que oí el término me reí. Pensé que era broma que hubiera internet en las cosas, en los objetos, en los utensilios. Hoy, después de algunos años el Internet of things o IoT, se convirtió en algo común y bastante útil.  Pero ¿qué es o a que se refiere?

Formando una definición coloquial diría que se trata de una red que interconecta objetos físicos valiéndose del Internet. Los objetos se valen de un hardware especializado que permite programar tareas que le son asignadas de forma remota. Cada uno de los objetos conectados tiene una IP específica; de esta manera, puede contactar con un servidor externo y enviar los datos que recoja.

Según el sitio especializado en tecnología, Xataka.com,  328 millones de nuevos dispositivos se conectan cada mes a internet. Es decir, en 2020 tendremos 50 mil millones de dispositivos conectados. Actualmente encontramos casas inteligentes en las que están controladas las cámaras, electrodomésticos, focos, sistema de aire acondicionado, etc.

Más allá de estar presente en los hogares, el internet en las cosas ha tenido su auge para uso industrial y comercial, resaltando su utilidad en:

  • La industria de producción en masa (robots ensambladores, sensores de temperatura, control de producción.)
  • Control de infraestructura urbana (control de semáforos, puentes, vías de tren, cámaras urbanas)
  • Control ambiental (permite acceder desde prácticamente cualquier parte a información de sensores atmosféricos, meteorológicos, y sísmicos.)
  • Sector salud (monitoreo de los pacientes de manera ambulatoria y no invasiva)

También hay aplicaciones del Internet de las cosas para el transporte, la industria energética, y prácticamente todos los sectores comerciales.

Los riesgos

Como lo comenté en párrafos anteriores, cada aparato tiene una IP, que es lo que permite la interconexión; sin embargo, está conexión es muy vulnerable y no cuenta con filtros de seguridad suficientes, por lo que puede ser susceptible de ataques o que sirvan como herramienta para desatar caos como ocurrió recientemente cuando internet (y el mundo) se colapsó.

Además, una observación de los expertos, un poco trivial si quieren, hace notar que dejaremos memoria y registro de nuestras actividades diarias en la nube, con lo que nuestra vida estará monitoreada. Algo tan simple como tus compras, tus hábitos de higiene o cada cuando haces ejercicio,  generará bitácoras y estará asentada. ¿Se activaron sus alertas paranoicas? Suele pasar.

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