La producción de huevo en minigranjas, es una opción real en zonas marginadas.

Texto por Salvador Y. Maldonado Díaz

AMATITAN, JALISCO. Diciembre 2016.- Los llamados huevos de rancho producidos en condiciones ajenas al estrés que viven  las gallinas hacinadas en las grandes granjas están recobrando su atractivo como un alimento sano y de buen sabor, además del olor peculiar que suele ser muy  distinto al producto  de las concentraciones masivas de aves.

Un criador de gallinas en una minigranja familiar del municipio de Amatitán, Luis Hernández Alvarado, afirma que la crianza de pequeñas unidades productivas que pueden generar el abasto en la dieta familiar y facilitar también la comercialización de los excedentes.

Puntualizó que una parvada de diez gallinas y su gallo pueden generar un volumen diario de cinco huevos y con ello el desayuno cotidiano de una familia.

En su caso, comunicó que su unidad productiva supone 300 gallinas (las grandes granjas concentran miles de aves), las que alimenta con granos y yerbas silvestres, sobre en el temporal cuando hay abundancia de quelites y aceitillas, entre otras plantas muy demandadas por las aves de corral.

Ya en tiempos que no hay lluvia, manifestó que hay que suministrar alimento balanceado,  además de los residuos de productos animales y vegetales en buen estado, como la fibra de la zanahoria y las hortalizas que se consumen en la misma casa.

Por cierto, el establecimiento de minigranjas familiares o de grupos organizados ha sido factor de generación de empleo en pequeños proyectos encabezados por jóvenes y mujeres.

Un ejemplo se tiene en una granja del municipio de Teuchitlán, de parte de Leslie Yubiana Ibarra Velázquez, quien refirió que este proyecto se ha enfocado en la crianza a de gallinas para la postura de huevo de rancho (que pretende certificar como     orgánico en un fase posterior) y que pretende incursionar en el mercado de la gente que da prioridad al huevo de rancho, cuyo atractivo se tiene en un precio al triple del producto convencional.

Entre los logros alcanzados, esta avicultora ya logrado introducir sus  huevos rancheros en la carta de un hotel boutique de la Ruta del Tequila.

Minigranjas, opciones en zonas marginadas 

La crianza de aves de corral en pequeñas explotaciones es toda una alternativa para asegurar abasto de alimentos y un buen precio en la venta de los productos excedentes al consumo de una familia o un grupo organizado. Así se ha evidenciado en las acciones del Proyecto Estratégico  de Seguridad Alimentaria (PESA) en el campo jalisciense, en   las que está involucrada la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (SEDER).

La nutrióloga María Elena Salinas de la Fundación Neikame, comentó que en varios municipios marginados de la Zona Norte todo el año el huevo se cotiza entre los 34 y 40 pesos el kilogramo (como sucede en  Bolaños y Mezquitic), lo que resulta caro en comparación el precio en lugares muy comunicados.

Ante esta situación se ha promovido (vía el citado PESA), la producción de gallinas en pequeños corrales, lo que ha logrado que un huevo vendido entre 2.50 y tres pesos, ahora se ponga a la venta a dos pesos cada blanquillo, lo que representa un ahorro importante para la gente de la región, además de tener siempre  disponible el producto.

Incluso la producción de este huevo en pequeñas granjas, ha logrado en ciertos períodos del año, la regulación del precio en pequeños segmentos de mercado, lo que redunda en favor de las comunidades en zonas marginadas.

Como profesionista, egresada del campus de Colotlán de la Universidad de Guadalajara, ha sido una experiencia muy especial en su vida el trabajo de organización de grupos humanos para promover la producción de alimentos en comunidades de gran marginación.

Sus conocimientos de nutrición también se han aplicado en los grupos que coordina Fundación Neikame para la producción de hortalizas.

Refirió que esto se concreta en los huertos familiares en extensiones de cinco metros cuadrados, en los que se obtienen volúmenes de 200 kilogramos por ciclo, lo que también supone contar alimento para el autoconsumo y la comercialización del excedente.

Así  es posible la producción de jitomate, tomate de cáscara, calabazas, rábanos y otros productos de gran importancia en la dieta cotidiana.

Añadió que el incremento de la promoción de huertos será posible en el municipio de Mezquitic con una pequeña presa que se construye en la comunidad de La Calabacilla, la que beneficiará a cinco pequeños poblados donde radican 150 personas.

EL DATO

El huevo de rancho no se produce en grandes volúmenes, como la avicultura de enfoque industrial.

Al menos la postura es 50 por ciento por debajo de las grandes granjas tecnificadas.

Veterinarios avícolas refieren que las granjas de rancho deben estar solamente en zonas donde no existan grandes concentraciones de granjas comerciales, a fin de no ser posibles focos de patologías infecciosas. Además de someterse al proceso de vacunación, como ocurre en la avicultura intensiva.

El PESA es un esquema promovido en nuestro país por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y los Gobiernos Estatales con el aval de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).

En Jalisco, la SEDER es un brazo operativo del PESA.