• El croissant, herencia de los conflictos con los turcos.
  • En este clima se antoja uno con chocolate.
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

Guadalajara, Jalisco. 30 de enero de 2018.- Hay platillos y bebidas que se internacionalizan. Nuestro tequila es uno. De parte del patrimonio europeo uno es el cruasán (palabra y aceptada así por la Real Academia Española. Hoy la familia gastronómica festeja el Día del Cruasán.

Con mermelada, cajeta o mantequilla, adaptado como emparedado o solo, el cruasán es tan versátil para un desayuno, un tentempié o una sabrosa merienda, y hoy celebra su día internacional.

Esta creación gastronómica, también conocida como cachito en Venezuela, Perú y Bolivia; cangrejo en Costa Rica, y cuernito en Argentina, México y Uruguay, es producto de la simple mezcla mantequilla, harina, levadura, agua fría, azúcar y una pizca de sal, aunque el secreto es el amasado y los tiempos de reposo y enfriamiento.

De acuerdo con la Fundéu BBVA, fundación promovida por la Agencia EFE, patrocinada por la institución financiera y asesorada por la Real Academia Española (RAE), cruasán es la adaptación al español del galicismo croissant, con el que se designa a un “bollo de hojaldre en forma de media luna”.

Aclara que si se desea utilizar el extranjerismo, lo adecuado es escribirlo con dos eses (no croisant) y destacarlo en cursiva o entre comillas si no se dispone de ese tipo de letra. Según el sitio gastronómico brunchear.com, es común pensar que el cruasán tiene un origen francés, cuando en realidad se cuestiona incluso si tiene raíces europeas.

Según información difundida por la agencia Notimex, los antecedentes de este bollo se vinculan a la invasión turca, cuando en 1683 y el imperio Otomano avanzaba por Europa en su guerra contra el Imperio Romano Germánico. Menciona que con el gran visir Kara Mustafá al frente, tras conquistar Constantinopla, los Balcanes y parte de Hungría, el ejército turco avanzaba dispuesto a invadir Viena, pero la ciudad estaba rodeada por completo por una muralla.

Expone que los 200 mil soldados otomanos decidieron entonces cavar túneles por debajo de la muralla que los llevase directamente al centro de la urbe y sorprender a sus habitantes en mitad de la noche; sin embargo, los panaderos del lugar, al ser madrugadores por profesión, dieron aviso de la emboscada.

Subraya que para celebrar la victoria y la resistencia de la ciudad de Viena contra los turcos, los panaderos crearon un bollo en forma de luna creciente, la misma que aparece en la bandera turca, como “una forma de decir que se comieron a los turcos antes del desayuno”.  Agrega que fue la reina María Antonieta, de origen austriaco, la que hizo llegar a la corte de Versalles el cruasán, junto con otros productos y dulces, que acabaron por formar parte de la gastronomía francesa.