HISTORIA DEL PAÍS DONDE TODO ESTÁ BIEN

BIOCONOMUNDO, por Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

 

Esta es la historia de un país donde muchos de sus habitantes pensaban que todo estaba bien… Las carreteras recientemente construidas y en perfecto estado de operación. Las guarderías para bebés y niños funcionando de acuerdo a las normas oficiales. Los procesos para elegir a las autoridades municipales, estatales y federales, creían que se realizaban de manera eficiente, justa y transparente. Incluso pensaban que las escuelas normales rurales para la formación de profesores, funcionaban en forma tan eficiente que los alumnos nunca tenían que protestar para obtener lo que necesitaban.

Pero llegaron tiempos aciagos para aquel país, porque una enfermedad extraña contagió a la mayoría de sus gobernantes e incluso de sus familiares. Esta enfermedad desarrollaba en las personas un excesivo amor a las riquezas materiales y al poder, de tal manera que cualquier obra o acción gubernamental incluía en sus costos una comisión para el funcionario que aprobaba la obra y otra para el jefe de este funcionario, todo ello ante el silencio, la inacción y en ciertos casos de la complicidad de los ciudadanos.

A tal grado llegó la penetración de la enfermedad que modificaron las especificaciones técnicas para reducir los costos de las construcciones que realizaba el gobierno y así poder conservar las comisiones para los funcionarios, a pesar de que se generaban riesgos para los usuarios. Pero como en el país ¡todo se veía bien! los funcionarios confiaron que no pasaría nada…

Pero tarde a temprano los efectos de la enfermedad se volvieron terribles realidades: Los bebés de una guardería que no cumplía las normas murieron en un incendio. Los estudiantes de una normal rural fueron reprimidos y desaparecidos al protestar. La carretera que conectaba la capital del país con un puerto, se derrumbó por la erosión de las aguas pluviales en una obra mal planeada y peor construida y que causó la muerte a dos personas. Los procesos electorales fueron manipulados para evitar una amplia derrota y la consecuente salida del poder del grupo gobernante.

Aquel país dejó de ser el país modelo y ahora es “una piedra en el zapato” del grupo de países poderosos, que ya no saben que hacer con el que fue su creación favorita.

Algunos conocedores recomiendan una purga de funcionarios públicos quienes en lugar de estar en oficinas gubernamentales, deberían estar en la cárcel. Pero hay personas y grupos que no aceptan esta alternativa tan radical y proponen otras posibles soluciones.

Para contener la corrupción y la impunidad, un grupo de ciudadanos decidió “seguir la pista al dinero” de tal manera que se vigilen las acciones y las posesiones de los funcionarios públicos para asegurarse de que ya están curados de la enfermedad que aqueja a aquel país. Se establecieron los controles para conocer sus posesiones antes, durante y después de ser funcionarios públicos y en caso necesario realizar las acciones correctivas. Al principio fue lento poner en práctica estas acciones, pero al crecer el número de ciudadanos vigilantes, cada día es más difícil la reincidencia de la enfermedad. Adicionalmente, algunos representantes populares en el Congreso decidieron apoyar esta iniciativa, convirtiendo en ley el hacer públicas las declaraciones de posesiones y de intereses de los funcionarios públicos.

Aun así, la enfermedad no cede y por ello pregunto a Ud. lector(a):
Si Ud. vive en un país similar a éste, ¿Qué propone y qué está dispuesto(a) a hacer para sanar a su país de la corrupción y la impunidad?