• “La danza de las fieras” es un largometraje cuyo propósito es concientizar y generar reflexiones, debates y acciones para prevenir la trata de personas

Madrid, España. 22 de octubre de 2018 (Notimex).- La película mexicana “La danza de las fieras”, cuyo objetivo es la prevención de la trata de personas en México, ganó el Premio del Público al Mejor Largometraje Internacional de la edición 27 del Festival de Cine de Madrid-Plataforma de Nuevos Realizadores.

Tras recibir el premio en nombre de todos los cineastas que intervienen en el proyecto, la directora y guionista de cine española Ana Díez señaló a Notimex que el consumo audiovisual para la interpretación del mundo es fundamental.

“La danza de las fieras” es un largometraje cuyo propósito es concientizar y generar reflexiones, debates y acciones para prevenir la trata de personas. Para cumplir su objetivo la película está dividida en seis secciones, cada una de las cuales aborda un tema específico relacionado con la trata de personas.

Las seis historias han sido construidas con arduo trabajo de investigación y desarrollo creativo, en los cuales se han involucrado siete directores de cine y más de 20 expertos en el tema: sociólogos, antropólogos, psicólogos, criminalistas y otros especialistas en derechos humanos y trata de personas.

Los cineastas involucrados son Alaíde Castro, Stacy Perskie, Miguel Fernández, Ana Díez, Rodrigo Ruiz, Ángel Linares y Gina Herrera.

Díez, quien en 1990 logró el Premio Goya a la Mejor Dirección Novel por “Ander y yul”, y en 1986 el Premio Ariel al Mejor Cortometraje Documental por “Elvira Luz Cruz, pena máxima”, destacó que desde el principio la recepción del público fue muy buena para la película.

“Es una película dura, no hay respiro, pero nos sorprendió la cantidad de público en las dos sesiones, con debates muy buenos, vivos, al querer saber más de cómo se organizan esas tramas y cómo se pueden combatir”, dijo.

Aseveró que al público le interesó saber que muchas veces no es secuestro, que la captura se hace al seducir y luego las víctimas ya se encierran en el asunto. “Tuvimos una gran satisfacción, pensábamos que no era un público tan sensible, hubo gente que lloraba, mucha gente, nos impactó a todos”, hizo hincapié.

La cineasta explicó que el proyecto surgió en principio como una iniciativa de Educadores Sin Fronteras para abordar el problema de la trata, ya que la gente piensa que es un problema que les toca a otros y todos piensan que no les va a pasar.

Anotó que es importante difundir este mensaje en escuelas con chicos y chicas de los 12 a 1os 17 años, para que vean los peligros y prevenirlos, “y fue bueno para todos que nos dieran mes y medio de investigación con psicólogos y criminólogos, para ver qué tema queríamos tratar”.

Añadió que una vez elegido el tema, hubo la libertad de hacer documental y ficción, y en dos años se produjeron los proyectos. “En un cine social el espectador no tiene expectativas con la forma, además de que es un producto cuidado y atractivo para el escolar”, sostuvo.

Más allá, aseveró que hay una responsabilidad social del cineasta, y recalcó que el consumo audiovisual para la interpretación del mundo es fundamental, “es necesario transmitir problemas y el audiovisual es el medio más adecuado”.

Sobre si habrán nuevos proyectos conjuntos más adelante, Díez afirmó que es posible, pero por ahora quiere hacer algo sobre el papel del maestro rural, “aquel recóndito que tiene condiciones precarias, encargado de transmitir conocimientos, una lengua”.

La trata de personas es un fenómeno global. En el 2017 existieron más esclavos que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad.

Según un reporte de la Casa Blanca, a nivel mundial hay más de 27 millones de personas que sufren condiciones similares a la esclavitud, y en México la trata de personas es el segundo delito de más importancia económica y se estima que al año al menos 20 mil niñas sufren explotación sexual.