• Por Tomás Rudich (dpa)

La cuenta regresiva acabó. El reloj vuelve a la hora cero. El Mundial de fútbol, esa enorme maquinaria de pasión y dinero que cada cuatro años paraliza durante un mes al planeta, sale a la conquista de una Rusia que no puede permitirse el lujo de fallar.

En el Estadio Luzhniki, el escenario donde mañana comenzará a rodar la pelota con el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudí, los operarios montan aún las últimas tiendas de los patrocinadores frente a la estatua de Lenin que custodia el recinto moscovita. Sin embargo, a diferencia de Brasil 2014, todo parece estar prácticamente listo en las 11 sedes y 12 estadios.

El país más grande del planeta albergará entre el 14 de junio y el 15 por primera vez el Mundial de fútbol. Pero la pasión aún no desborda las calles de Moscú y las otras ciudades, más allá de los fans latinoamericanos -más numerosos y visibles que los europeos pese a las distancias- que agitan sus banderas y cantan en los alrededores de la Plaza Roja.

El presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Gianni Infantino, confía sin embargo en que todo cambiará a partir de este jueves. “Rusia es una tierra que nunca ha sido conquistada, pero la gran noticia hoy es que mañana sí será conquistada. Será conquistada por el fútbol”, dijo el dirigente suizo en el Congreso del organismo realizado en el Expocentre de Moscú. “El fútbol conquistará el mundo a partir de mañana”.

El Mundial de Rusia será el primero para Infantino desde su llegada al sillón de mando en 2016. Y el primero tras el FIFA-Gate, el escándalo de corrupción que acabó con Joseph Blatter, quien mañana finalmente no concurrirá al Luzhniki.

También será un Mundial con novedades en el campo de juego. El estreno del revolucionario sistema de videoarbitraje, el VAR, afrontará su prueba de fuego tras diversas experiencias que arrojaron algunos éxitos y muchas discusiones. Y promete seguir dando que hablar.

La FIFA estará sin duda bajo la mira, pero sobre todo será la Rusia de Vladimir Putin la que deberá afrontar un gran examen. La imagen del anfitrión, tanto a nivel deportivo como extradeportivo, no es precisamente la mejor en Occidente.

La trama de doping de Estado, con epicentro en los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi 2014, acarreó múltiples sanciones a Rusia y convirtió al país en la “oveja negra” del deporte.

En el ámbito político la situación no es muy diferente. Las amenazas de boicot deportivo de algunos legisladores británicos tras el envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia en el Reino Unido lejos estuvieron de materializarse, pero la tensión no se disipó en absoluto. Cada detalle del Mundial será seguido con lupa.

La seguridad y la amenaza de violencia -terrorista o “hooligan”- son otros de los grandes desafíos que afronta Rusia, que se prepara para un torneo híper-vigilado. Y también costoso, porque los preparativos insumieron el equivalente a unos 11.800 millones de dólares (10.000 millones de euros).

Con miles de kilómetros de distancia entre algunas sedes y hasta cuatro husos diferentes a lo largo del torneo, el certamen que se disputará en las ciudades de Moscú, San Petersburgo, Kazán, Sochi, Ekaterimburgo, Kaliningrado, Niznhi Nóvgorod, Samara, Volgogrado, Saransk y Rostov del Don será también todo un desafío logístico.

Pero la confianza reina en la tierra de Putin. “Este torneo es muy importante para nosotros”, dijo hoy el presidente ruso en el Congreso de FIFA. “Muchas generaciones de rusos soñaron con ver a Rusia siendo la anfitriona de un Mundial. Ese sueño se convertirá mañana en realidad”, indicó.

La fiesta comenzará este jueves en el renovado y elegante Luzhniki, en el suroeste de Moscú. La ceremonia inaugural contará con la participación de la estrella del pop Robbie Williams y la intérprete de ópera rusa Aida Garifullina, además del ex futbolista brasileño Ronaldo.

Luego, el balón comenzará a rodar a las 18:00 local (15:00 GMT) con un partido de poco cartel entre Rusia y Arabia Saudí, las dos selecciones de peor ranking de la FIFA que participan en el torneo. Pero el plato fuerte de la fase de grupos no se hará esperar, porque el viernes se jugará el España-Portugal en Sochi. El duelo llega con extra de picante, pues el técnico Julen Lopetegui fue despedido hoy tras haber llegado a un acuerdo con el Real Madrid.

En lo deportivo, el torneo presenta a Alemania el desafío de lograr dos títulos mundiales consecutivos. Aunque selecciones como Brasil, España, pese a la conmoción por el despido de Julen Lopetegui, y Francia cuentan con argumentos para destronar a los dirigidos por Joachim Löw. Un paso por detrás parecen estar la Argentina de Lionel Messi y el Portugal de Cristiano Ronaldo, quienes aún buscan el mayor título del fútbol para coronar sus brillantes carreras. Si podrán lograrlo, se comenzará a saber a partir de mañana.