• En 2018 la música urbana latina lideró las listas de popularidad en el mundo

Guadalajara, Jalisco. 9 de enero de 2019.-El rey de las fiestas, estaciones de radio, bares, clubes nocturnos y plataformas digitales es el reguetón; son pocos los lugares donde no se escucha este género musical. En 2018 arrasó en los rankings de plataformas digitales, demostrando que es uno de los productos de consumo predilectos para distintos sectores de la sociedad.

Aunque dicha situación era distinta en la década pasada, cuando esta música era catalogada de inmoral o de mal gusto por varios sectores de la sociedad, comentó la Coordinadora de la Maestría en Etnomusicología, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), doctora Kim Anne Carter Muñoz.

“Esos géneros, cuando iniciaron, fueron criticados porque combinan la corporalidad europea de bailar en pareja con las expresiones dancísticas de África, que se caracterizan por utilizar muchos movimientos multidimensionales”, indicó.

La académica añadió que históricamente la cultura occidental no ha tomado a bien este tipo de música, como también sucedió con ritmos latinos cuya influencia es africana como el mambo, la lambada, el merengue, entre otros. Esto derivó en una discriminación generalizada hacia quienes lo escuchaban y bailaban a mediados de la década pasada.

Lo que hace atractivo a este tipo de música es “su ritmo, que crea una intersubjetividad entre las personas cuando bailan”, describió Carter Muñoz, quien señaló que el sello característico del reguetón es el dembow, un ritmo de origen jamaicano que está presente en cada uno de los temas y que hace más de dos décadas fue adoptado por músicos panameños y puertorriqueños, para acuñarlo a composiciones con melodías de reggae.

“Es esa polirritmia lo que incentiva el movimiento del cuerpo”, manifestó la especialista del CUAAD. Sin embargo, actualmente, este género ha pasado de ser mal visto a convertirse en una expresión cultural de la cotidianidad, reconocen los especialistas.

La prueba está en que en 2018, YouTube registró que ocho de los 10 videos musicales más reproducidos en el mundo (que superan el millón de vistas en su plataforma) son canciones de reguetón u otros géneros urbanos (trap, hip hop, r&b), interpretadas en su mayoría por artistas latinos, como los cantantes de origen puertorriqueños Ozuna, Nikky Jam y Daddy Yankee, Romeo Santos; la mexicoamericana Becky G y el colombiano J Balvin.

Este último también fue el cuarto artista más escuchado en Spotify en 2018, sólo superado por el canadiense Drake (primer sitio) y los norteamericanos Post Malone, XXXTENTACION (segundo y tercero), talentos cuya música también forma parte de la música urbana.

En noviembre de 2018, esta plataforma de música por streaming registró, entre las tres canciones más reproducidas del Top 200 Global, a Ozuna y Cardie B con la canción “Taki taki” y a Drake y Bad Bunny, con “Mía”.

Por otra parte, también en este año The Associated Press nombró a la canción “X” de J Balvin y Nicky Jam como la canción del año, y los Premios MTV dieron la distinción de mejor videoclip a “Mi gente”, de J Balvin.

El doctor Juan Antonio Hernández Barraza, Coordinador de la Licenciatura en Negocios Internacionales del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) y estudiante de la maestría en Etnomusicología del CUAAD, cuya línea de investigación es este tipo de música, dice que es tanto el éxito de este género que los artistas de pop también quieren formar parte de esta euforia, tales como Shakira, Enrique Iglesias y Reik, quienes también han arrasado las listas de popularidad.

“Son ritmos que se ponen de moda, eso siempre lo van a captar las disqueras y medios porque es lo que está dejando dinero. ¿Cuánto dura? Lo que dure la cuerda estirándose”, refirió.

Sobre el éxito generalizado, Hernández Barraza reconoce que sí existe un llamado “blanqueamiento” de esta música, pues lo que actualmente suena, dista de lo que se producía musicalmente por parte de los creadores de estos ritmos.

“Si vemos quienes son los que están sonando, notamos que ya no están los músicos originales (los que iniciaron estos ritmos) como El General, Vico C o Tego Calderón, que eran mulatos. Algunos de los que están sonando y vendiendo son gente –entre comillas– bonita o atractiva para cuestiones de marketing, es decir, los blanquean”, recalcó.

Pese a ello, el académico recordó que muchos de los productores que están detrás de los artistas reconocidos en este género son gente de color y originarios de los lugares de donde nació el reguetón, “lo que habla de una representatividad de esas minorías que están impactando en la industria”.

Sobre el hecho de que la mayoría de las canciones refieren a temas sexuales y su contenido hace apología a la violencia de género, los académicos indican que esto no es exclusivo del reguetón y que, en la actualidad, este tipo de música urbana también es aprovechada para dar voz a causas sociales y empoderamiento de la mujer.

Los especialistas exhortan al público a que conozca de lleno la variedad musical que ofrece esta expresión, para que se comprenda el contexto sociocultural en el que está inmerso.