Fráncfort, 3 sep (dpa) – Comenzaron hoy con los trabajos de desactivación de la bomba de la Segunda Guerra Mundial encontrada durante unas obras de construcción en Fráncfort y que llevó a tener que desalojar de sus hogares a más de 60 mil personas en la mayor evacuación en la historia del país después de 1945.

El desalojo, en el que participaron unos mil agentes de Policía, se alargó más de lo previsto. Hacia las 11:00 (hora local) se recogió a aquellos que no podían abandonar sus viviendas de manera independiente. Según datos de los bomberos, se registraron cerca de 500 transportes para trasladar a esos ciudadanos de la zona afectada que abarca un radio de 1.5 kilómetros.

Asimismo, algunas personas se negaron a abandonar sus hogares y al menos un ciudadano fue detenido al no querer salir de su casa voluntariamente, lo que retrasó aún más el inicio de la desactivación que durará unas cuatro horas y que al final comenzó dos horas y media más tarde de lo previsto.

“A las 14:27 se informó al jefe de los artificieros de que ya era seguro”, declaró el presidente de la Policía de Fráncfort, Gerhard Bereswill. “Esto significa que ya no quedaba nadie”, comentó. Si todo transcurre como está previsto, la gente podrá volver a sus casas hacia las 20:00 horas, agregó.

La negativa a salir de sus casas de algunos vecinos desató la indignación entre las fuerzas de seguridad. “Solo espero que haya consecuencias legales”, comentó el jefe de los bomberos de la ciudad, Reinhard Ries, notablemente molesto y que se refirió a lo sucedido como una mezcla de “ignorancia e idiotez”.

Algunos habitantes se escondieron en un primer momento, pero después tuvieron miedo y avisaron a la Policía de que aún estaban en la zona. “Es indignante porque toda la ciudad está afectada y algunos imponen su tozudez sobre el bienestar público. En mi opinión es una monstruosidad”, comentó Bereswill.

El sábado algunos habían decidido abandonar ya sus viviendas y se habían trasladado los pacientes de dos hospitales ubicados en la zona afectada para agilizar la evacuación el domingo. También se desalojaron varias residencias de ancianos.

La bomba fue descubierta durante unos trabajos de construcción en el barrio de Westend, en el noroeste de la capital financiera alemana, donde se ubica el campus universitario. Los trabajos de desactivación durarán cerca de cuatro horas.

Se trata de una bomba de 1,8 toneladas del tipo HC-4000, que fue lanzada por el Ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) pero que no llegó a explotar al tocar tierra. Según el rotativo alemán “Bild”, contendría cerca de 1.400 kilos de material explosivo.

La estación central de trenes de Fráncfort se encuentra fuera de la zona acotada, por lo que el transporte ferroviario no se ha visto afectado. Sin embargo, podría haber problemas para el tráfico aéreo. Los aviones que se aproximan para aterrizar en el mayor aeropuerto de Alemania sobrevuelan la zona donde se ha encontrado la bomba cuando sopla viento del este.

Este tipo de bombas de la Segunda Guerra Mundial provocan tras la explosión una enorme onda expansiva. Conocidas por su nombre en inglés como “Blockbuster”, su cometido era destruir en un radio de un kilómetro tejados, puertas y ventanas para potenciar el efecto de las bombas incendiarias lanzadas a continuación. La onda expansiva de estas bombas podía matar también a personas situadas a una gran distancia.

La mayor evacuación registrada hasta la fecha fue la efectuada a finales de 2016 en Augsburgo, cuando cerca de 54.000 personas fueron evacuadas de sus casas en plenas celebraciones navideñas. En mayo de este año, en Hannover, 50.000 habitantes dejaron sus hogares debido también a trabajos de desactivación de varias bombas de la Segunda Guerra Mundial.

En Alemania es habitual que las fuerzas de seguridad realicen este tipo de evacuaciones debido a la aparición de bombas. En el país existen miles de ellas sin estallar en ríos, debajo de autopistas o de viviendas. Los expertos creen que hay cerca de 250.000 bombas lanzadas por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial que por algún problema técnico no explotaron en su momento.

Miles de ellas se encuentran aún bajo tierra, algunas a metros de profundidad, otras muy cerca de la superficie. Estos artefactos se encuentran, sobre todo, en la cuenca del Ruhr y la zona del Bajo Rin, pero también en grandes ciudades como Dresde, Hamburgo o Hannover.

Las bombas se descubren habitualmente durante los trabajos de construcción, pero también al analizar imágenes aéreas históricas. Los expertos creen que aún se seguirán detectando artefactos explosivos sin detonar durante décadas.