• Flores, castillos, iglesias, historia y gran belleza en Los Alpes.
  • Por Brigitte Geiselhart (dpa)

De alguna manera, todo es diferente a un vuelo normal. Mucho más silencioso de lo que uno creía, y mucho más espacioso y relajante. Sobre todo la perspectiva es diferente. Parece que uno está flotando de manera casi ingrávida, a una altura de unos 300 metros. Desde el dirigible, la mirada vaga por los Alpes suizos, por palacios y castillos en la orilla del lago de Constanza y por el jardín botánico de la isla de Mainau. A bordo de un dirigible, uno puede moverse libremente. ¿Y dónde está permitido mirar por encima del hombro al piloto en la cabina de vuelo?

Volar en un dirigible sigue siendo algo mítico. Tan solo pensar en ello despierta pasiones. En el siglo XXI, los dirigibles que cruzan el cielo sobre el lago de Constanza, en el sur de Alemania, son nuevamente un fenómeno normal. Los vuelos duran entre 30 minutos y dos horas. Desde el año 2012, las parejas pueden darse el “si quiero” en la góndola y después despegar junto con sus invitados.

Los vuelos salen de la ciudad de Friedrichshafen, que tiene unos 60,000 habitantes y a la que le gusta llamarse “ciudad de los dirigibles”. Y con razón, porque a cada paso en esta ciudad uno pisa las huellas del inventor del dirigible, Ferdinand Graf von Zeppelin.

El 2 de julio de 1900, ante los ojos de unos 12000 espectadores congregados en la orilla del lago de Constanza, se produjo el primer despegue exitoso de un dirigible, el LZI. El vuelo solo duró 18 minutos y terminó con un acuatizaje. Casi un siglo después, el 18 de septiembre de 1997, despegó en Friedrichshafen un dirigible de nueva tecnología (NT). Todos los nuevos dirigibles se desarrollan, se construyen y se comecializan en Friedrichshafen.

Hoy, el NT no solo es el dirigible más grande sino también el único permitido para el transporte comercial de pasajeros. Su estructura interior es rígida y los motores, los planos de estabilización y la cabina están montados directamente en la estructura de soporte. Como gas se usa helio, que a diferencia del hidrógeno usado en el pasado, es inflamable.

Los dirigibles actuales se usan no solo para el turismo sino también para proyectos científicos e industriales, así como para fines de publicidad.