EL NUEVE, NINGUNA SE MUEVE ¿Y LOS HOMBRES QUÉ?

BIOECONOMUNDO, por Rodrigo Diez de Sollano Elcoro

“El feminismo es un impertinente (como llama la Real Academia Española a todo aquello que molesta de palabra o de obra). Es muy fácil hacer la prueba, basta con mencionarlo. Se dice feminismo y cual palabra mágica, inmediatamente nuestros interlocutores tuercen el gesto, muestran desagrado, se ponen a la defensiva, o directamente, comienza la refriega…”  Esto dice Nuria Varela en su libro Feminismo para Principiantes. (1)

Las mujeres deciden desaparecer voluntariamente por un día, para hacer visible cómo sería este país sin mujeres, porque miles han desaparecido contra su voluntad y han sido violadas y asesinadas. Por esto es indispensable despertar conciencias y mover voluntades de la otra mitad de la sociedad: los hombres.

¿Qué haremos los hombres el 9/marzo/2020? ¿Y después?

Estas preguntas son “pertinentes” porque para muchos hombres es difícil encontrar explicaciones y alternativas de acción frente a la decisión femenina de marchar el 8/marzo y hacer huelga el próximo 9 de marzo, incluso en muchos casos les parece imposible entender el por qué de una huelga femenina. Tenemos tan normalizado el funcionamiento de las sociedades “patriarcales” que les parece inexplicable que alguien esté en contra de los roles esperados de toda mujer como esposa, como compañera de vida, madre, hermana, compañera de trabajo, etc., en los cuales la mujer (según ellos) debería mostrar sumisión, estar en un papel secundario y realizar trabajos de ayuda y cuidados con una sonrisa en la boca.

No estamos acostumbrados a ver mujeres en el papel de líderes, de guías, de primeras actrices, y cuando esto sucede reaccionamos en muchas ocasiones negativamente, para sabotear el trabajo de esa mujer, sólo por el hecho de serlo y porque esperamos que su comportamiento “natural” sea como dice la frase “detrás de un gran hombre, está una gran mujer”, que es recatada y deja el papel estelar al hombre.

El primer punto afectado por la huelga femenina del 9/marzo NO será el trabajo fuera del hogar, sino el que hacen las mujeres en casa para que funcione todo: empezando desde el cuidado de los niños y niñas, de los(as) enfermos(as), de los(as) adultos(as) mayores, siguiendo con ir de compras y cocinar los alimentos, lavar trastes y ropa, planchar, ayudar a los menores con las tareas escolares, y un laaaargo etc. de trabajos NO pagados, que si les pusiéramos una etiqueta de precio podrían valer cerca del 25% del PIB. Y solamente consideramos “trabajo” el que es realizado fuera de la casa.

Aquí se aplica lo planteado por Katrine Marcal en su libro ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith? (2):
“ Adam Smith nunca se casó. El padre de la ciencia económica vivió la mayor parte de su vida con su madre quien se encargaba de la casa… Y toda su vida se dedicó a cuidar de su hijo. A la hora de responder a la pregunta de cómo llegamos a tener nuestra comida en la mesa, ella es la parte que Adam Smith pasó por alto…” Es decir: el trabajo en casa NO cuenta en la teoría económica…

Esta es una de las motivaciones de la huelga: hacer visible lo que ha sido invisible por mucho tiempo para los hombres, e incluso para las mujeres. Pero no solamente se trata de visibilizar el valor del trabajo femenino, es urgente hacer visible la violencia diaria en contra de las mujeres en el hogar, en las empresas, en las organizaciones sociales y en la calle, en un país como México en donde “desaparecen” contra su voluntad miles de mujeres y son asesinadas 10 mujeres CADA DÍA, por el sólo hecho de ser mujeres.

La participación de los hombres en las trabajos del hogar o en los pendientes en las empresas que no realizarán las mujeres el 9/marzo, no agota las posibilidades de lo que podríamos llamar la “nueva masculinidad”, porque a final de cuentas este cambio en las relaciones entre mujeres y hombres servirá para eliminar la actitud de superioridad masculina que considera a la mujer como menor de edad y que coloca “en automático” a los hombres como jefes de familia y de las organizaciones sociales, empresariales o religiosas y establece el rol femenino como subordinado al de los hombres.

No se trata solamente de cambiar un líder hombre por una líder mujer, sino de modificar la forma de ver el mundo y la sociedad hacia una visión en la que mujeres y hombres tengamos igualdad de oportunidades para desarrollarnos como personas y llegar a ser dirigentes de una organización, de una iglesia o de un país.

“Aceptar a las mujeres como sujetos iguales, como interlocutoras, como ciudadanas, legitimadas como socias en un nuevo contrato social, no es tarea fácil para los varones. La igualdad es un reto masculino. Cambiar hacia la igualdad supone un esfuerzo puesto que no sólo implica renunciar a derechos adquiridos sino también poner en cuestión los hábitos propios, la identidad, la imagen que se tiene de las mujeres y la base del sentido masculino de la autoestima.” (1)

Las mujeres ya están haciendo su parte, ahora nos toca a los hombres hacer la nuestra en las casas, en los lugares de trabajo, en las calles, etc. Esperemos que la marcha del 8/marzo/2020 y la huelga del 9/marzo/2020 nos ayuden a los hombres a descubrir alternativas de acción personales y sociales para eliminar la violencia hacia las mujeres…

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