La muerte de Maria Dolores Vital Esparza en 2011 no fue en vano. Luchó hasta donde pudo contra un cáncer del que ni en la UNAM, ni en Cuba supieron donde se alojó. Cuatro hijos y un viudo convirtieron sus “dolores” por la pérdida, en una energía vital. Ahí la razón para llevar a cabo, por segundo año, el evento “Unidos por una Luz Contra el Cáncer” en Degollado, Jalisco.
Matriarca de una familia con la música en las venas, fundadores de la Banda Degollado hace más de 37 años, Loli al final de sus días no podía ni ponerse de pie. Nos narra su marido a quien aún se le cuajan los ojos de lágrimas. Sus hijos, herederos de esa estirpe musical están más que puestos para seguir tocando sus notas y así conmover corazones y bolsillos.
Este esfuerzo de la sociedad civil y la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Degollado, busca recaudar fondos para apoyar a otros en su batalla contra la enfermedad. El año pasado fueron 50 mil pesos, en 2015 duplicar esa cantidad fue la meta. Se han valido desde rifar pantallas hasta irse a los guantes, a través de la subasta de unos que pertenecieron a Julio César Chávez.
Ante una plaza llena donde lo mismo departía cualquier persona con el Alcalde Guadalupe Dominguez que con el padre Emmanuel González. El escenario fue tomado por cantantes amateurs y profesionales todos originarios de Degollado. Todos pidiendo lo mismo, recaudar el dinero suficiente para apoyar a más de sus paisanos en la pelea contra contra un enemigo invisible a simple vista pero mortal.
En un pueblo de 10 mil habitantes prácticamente no hay nadie desconocido. Los cantantes locales aportan sus melodías, el organizador de bailes populares un porcentaje de la venta de boletos. Los talleres de cantera donan parte de su rabajo y hasta “Las Chivas”, las de la birriería local, se unen en la causa altruista.
Los organizadores prefieren que sus nombres permanezcan en el anonimato. Degollado celebra estos días sus fiestas patronales. La plaza con más de dos mil quinientas almas está animada por la presencia de los migrantes que residen y trabajan la mayoría en Franklin, Tennessee. La música suena, los degolladenses lo mismo disfrutan que ayudan.
En animador, micrófono en mano, agradece lo mismo al expendio de cervezas que a la mueblería. El viaje va de París y Londres a Río de Janeiro. Max y Alejandro Cervantes, las estrellas locales encumbradas gracias al show “Me Pongo de Pie” también aportan su talento. Pero el show se lo lleva la Banda Degollado, agrupación local con casi cuatro décadas de existencia. Al final de la noche el ambiente sigue siendo de fiesta. Pero muchos se llevan a sus casas, además de la alegría del fandango, una sonrisa por haber colaborado con una causa que salvará vidas y podrá vencer al cáncer.
