El arte de aprender

NOSCE TE IPSUM

Por: el Dr. Josman Espinosa Gómez

Acabamos de celebrar el Día del Maestro, y es en automático que a nuestra memoria llegan los recuerdos de aquellos docentes que nos dieron tanto, pero también los que nos hicieron las noches eternas e imposibles, hasta llegar a creer que los odiábamos. Pero reflexionemos hoy ¿qué tanto hemos aprendido en nuestra vida?

El vocablo aprender proviene del latín apprehendere, que se relaciona con la acción de perseguir y atrapar algo. En este sentido, aprender es lograr la adquisición del conocimiento y nuestro aprendizaje se da, primero por imitación y luego a través de las experiencias vividas.

No debemos de perder de vista que aprender es un proceso, lo que significa que no es algo terminado. Aprender es una habilidad que vamos perfeccionando con el tiempo y conforme vivimos nuevas experiencias y es una de las funciones más importantes de nuestro cerebro.

Este proceso debe de ir siempre acompañado de tres situaciones distintas  para que se garantice el objetivo del aprendizaje:

  1. Porque todas las acciones y hechos que podemos percibir mediante la observación son materia para el aprendizaje
  2. Ya sea por medios propios o a través de la enseñanza, y
  3. Es decir, ejercer el conocimiento.

Se podría decir que este último aspecto –la práctica- es el más importante del proceso ya que, ejecutar las acciones observadas y estudiadas nos llevan a obtener mayor destreza de aquello que se está aprendiendo y nos da la habilidad de aplicarlo en la vida cotidiana.

Saber lo que hemos aprendido en nuestra vida tiene que ver con qué tan observadores hemos sido, cuánto estudiamos y qué tanto practicamos lo que queremos aplicar a nuestra vida diaria. Y aunque cada persona aprende de distinta manera, muchas veces depende más de la actitud para ello y las diversas y múltiples experiencias que hemos tenido en nuestra vida que de una escuela o institución.

Aprender es pues, un arte, el arte de saber observar el mundo que nos rodea; el arte de vivir motivados por lo que nos gusta y querer saber más de ello; el arte de salir al mundo dispuestos a vivir experiencias nuevas. Vivir es aprender constantemente y el aprender constante llena nuestros días, los días de una vida de la que no nos arrepentiremos.

Así que si eres de los que sigue pensando que chango viejo no aprende maromas nuevas te invito a que observes tu mundo, que encuentres una razón para levantarte  todas las mañanas y que busques hacer algo nuevo cada día. Verás que las maromas nuevas las estarás dando en menos de que lo piensas, y ese aprendizaje obtenido de ellas, te dará razones para practicar a través de aprender, este nuevo arte: el arte de vivir.

Feliz Día del Maestro y gracias todos ellos por habernos iniciado en este maravilloso arte.