• Es en la comunidad de Estancia de Gómez, municipio de Ecuandureo el sitio donde floricultores producen cempasúchil.

Ecuandureo, Michoacán. 3 de noviembre de 2020.- Ecuandureo produce la tradicional flor de cempasúchil, uno de los elementos más representativos de la festividad del Día de Muertos. Esto fue dado a conocer por el Gobierno Municipal de Ecuandureo mediante un comunicado de prensa.

ESTANCIA DE GÓMEZ, PARCELAS DE CEMPASÚCHIL

En la Estancia de Gómez, comunidad perteneciente al municipio de Ecuandureo, se puede apreciar el paisaje que adorna el sembradío de flor de cempasúchil, cultivado por el señor Ramón Cortés Cuevas.

ESTANCIA DE GÓMEZ, ECUANDUREO

Estancia de Gómez, localidad de Ecuandureo sitio donde se siembra flor de cempasúchil en este municipio. Foto: Google Maps

Ramón, junto a su familia, lleva bastantes años dedicándose a la siembra de la flor de cempasúchil, y en este año decidió probar suerte con el suelo ecuandurense para traer el color y aroma tan emblemáticos de estas fechas a su comunidad.

“Lo bonito de sembrar y cosechar es poder ofrecer, no solamente la flor como tal, sino todo el trabajo detrás de ella. Cuando le llevamos un ramo de flores a nuestros seres queridos sabemos que no están muertos, porque todavía los recordamos”, mencionó Ramón.

Es así como el municipio de Ecuandureo mantiene vivas las tradiciones relacionadas al reconocido mundialmente: Día de Muertos.

MÁS NOTICIAS DE ECUANDUREO EN BRUNOTICIAS

Ecuandureo se une al Trenzatón

Ecuandureo produce la tradicional flor de muertos, uno de los elementos más representativos de la festividad del Día de Muertos.

En la Estancia de Gómez, comunidad perteneciente al municipio de Ecuandureo, se puede apreciar el paisaje que adorna el sembradío de flor de muertos, cultivado por el señor Ramón Cortés Cuevas.

Ramón, junto a su familia, lleva bastantes años dedicándose a la siembra de la flor de muertosl, y en este año decidió probar suerte con el suelo ecuandurense para traer el color y aroma tan emblemáticos de estas fechas a su comunidad.

“Lo bonito de sembrar y cosechar es poder ofrecer, no solamente la flor como tal, sino todo el trabajo detrás de ella. Cuando le llevamos un ramo de flores a nuestros seres queridos sabemos que no están muertos, porque todavía los recordamos”, mencionó Ramón.