- Mejorar el estilo de vida de los pacientes es la misión de los nutriólogos.
- El ITESO está promoviendo la producción de alimentos en casa.
El 27 de enero México conmemora el Día del Nutriólogo con varios asuntos pendientes relacionados la obesidad, la desnutrición y la creación de mejores políticas de salud. Para ello la coordinadora de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Ana Cecilia Zúñiga Barba, comparte el enfoque que maneja la universidad jesuita de Guadalajara sobre esta disciplina.
“Promovemos la autonomía y el autoconocimiento del cuerpo, saber cómo rendir mejor con los alimentos adecuados”, afirma Zúñiga Barba quien explica que, por medio de una educación integral, los egresados de este programa tendrán herramientas para mejorar el estilo de vida de sus pacientes.
Actualmente el nutriólogo tiene una competencia en la tecnología, en especial de aplicaciones o apps. La catedrática del ITESO explica que “estas aplicaciones están relacionadas con las calorías o con el rendimiento físico; son cuantitativas, pero la parte cualitativa es vital, porque trabajamos con una persona dentro de una esfera biológica, psicosocial y cultural. ¿Qué app realmente está enfocada a ello?”. Enfatiza Zúñiga Barba.
La directora de la Licenciatura en Nutrición del ITESO va más allá: ¿Cuáles apps te dicen tus emociones y cómo están ligadas a lo que comes? Les falta la parte humana. Estamos perdiendo la capacidad de escuchar a nuestro cuerpo. Debemos conocernos y aprender cómo nos relacionamos con los alimentos.
Uno de los principales enemigos de una sana alimentación es la falta de tiempo, de acuerdo a Zúñiga Barba. Ella misma pregunta: “¿Qué tanto inviertes para seleccionar qué comer? ¿Cocinas en casa o compras comida hasta que tienes hambre?”. La falta planeación y de tiempo al comer provocan que tomes malas decisiones.
Los factores emotivo y social también influyen. Es difícil pensar en un festejo social sin comida; nuestras emociones están muy ligadas a ella y esto es biológico, porque el tubo digestivo secreta sustancias interconectadas con el cerebro. El dinero es otro tema, porque no sólo es el problema de obesidad, también tenemos que resolver la desnutrición.
De acuerdo a Zúñiga Barba, en el ITESO se prepara al nutriólogo para que busquen más soluciones a los problemas de nutrición y alimentación que la prescripción de alimentos. En el “Taller de sistemas de producción primaria de alimentos”, por ejemplo, promovemos la producción de alimentos en casa.
También les damos elementos a los alumnos para generar conciencia de consumo responsable, y crear vínculos con pequeños productores y consumidores necesitados de productos seguros y saludables. El año pasado tuvimos el Foro de Soberanía Alimentaria y Nutrición, con personas que están involucradas en cuestiones relacionadas con derechos humanos y alimentación.
Queremos trabajar en la creación de un Observatorio del derecho a la alimentación; tenemos un proyecto de sobrepeso, obesidad y actividad física en Acatlán de Juárez, Jalisco, y este semestre comienzan los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) de nutrición comunitaria y colaboración en hospitales.
Los problemas de salud no pueden acabarse dando consulta uno a uno. Se trata de formar a un nutriólogo para que tenga impacto en políticas públicas, en alimentación y temas macro como la industria alimentaria o las regulaciones que tengan que ver con salud y no con mercadotecnia. Así podremos incidir más que con la nutrición clínica.